#VEINTIDOS

16.7K 865 18
                                    

- Preciosa, ¿Por qué no te quedas y pasamos el rato?

Revoloteé mis pestañas, acomodé mi blusa y encaré al imbécil.

Sonreí coqueta, y me acerqué a él.

- ¿Por qué mejor no te tiras del último piso para ahorrar aire? - Me volví a girar con mi caja de donas en la mano.

Subí a mi auto y conduje hasta mi oficina.

Las cosas han transcurrido normalmente, Killian está un poco ocupado con la constructora. Yo con los casos pendientes, que casi no nos vemos. Pero mensajeamos a veces.

Las pequeñas luciérnagas están muy emocionadas con que salga con el ogro de su padre, su reacción fue la más dulce.

Voy casi todas las tardes a verlas a casa de Matilde, y me quedo hasta la cena. Me voy antes de que llegue su padre, ¿La razón?

Miedo, estoy jodida.

Me recargo en el respaldo de mi silla, llevo mis manos a mis mejillas.

¿Por qué no puedo ser normal?

Veo en la puerta a una chica, un poco regordeta y con las mejillas sonrojadas. — La miro expectante, ella entra con lentitud y con la mirada en el suelo.

– Yo...— Comienza a decir moviendo sus manos. – Verá, yo...

– ¿Tú qué? —Frunzo el ceño, mantengo la calma ante al hecho de que ha entrado a mi oficina sin tocar.

– Srta Bell, yo quisiera que...— Trata de tomar aire y por fin alza la mirada. – Yo quisiera que representará mi caso, por favor ayúdame.

Sus ojos me miran impacientes, desesperados.

Hay algo, algo en ella que me remueve.

– Toma asiento, te escucharé. — Ella me mira sorprendida, pero aun así obedece. – ¿Cuál es tu nombre?

– Me llamo Verónica Salt, y fui violada.

Sus ojos marrones me miran como flechas, atravesándome.

Se que no podría rechazar un caso como este, la injusticia debe ser condenada.

Asentí, tomé mi blog de notas y comencé a escribir. Archivar toda la información que dentro de poco iba a ser conocida, y el culpable seria encerrado.

(***)

Entré en mi departamento con calma, aventé las llaves por allí y tomé asiento en uno de mis sillones.

Verónica Salt, había sido violada por un compañero de trabajo. Quien se encargó de grabarlo y compartirlo por todo el departamento donde ellos trabajaban. Dejándola en evidencia, para después ser acosada por su jefe y después despedirla, ya que ella se negó una vez más a ser víctima de algo tan horrible como esto, sin pagarle ni nada solo desechándola como si nada.

No pude negarme, aunque ella no pueda pagarme. Yo no pude negarme.

Ganaré, y haré que se haga justicia. Esos desgraciados van a pagar.

Así que comencé a trabajar en el caso, conseguí la mayor información. Solo me faltaba la colaboración de mi amigo Nick.

Lo llamé y con un pastel llegó. Y con mucho gusto lo recibí.

– No te preocupes preciosa, haremos que se haga justicia. —Nick tenía cara de soñoliento.

Sin darme cuenta me quedé dormida acorrucada junto a él.

– Deberás hablar con ella en algún momento...

– Cállate antes de que te saque de mi departamento.

Esas fueron las últimas palabras.

– Despierta, Lara. Se hace tarde, tienes un juicio a las diez. —Sentí que me movían con gentileza.

– No molestes, estoy cansada.

– Si no te levantas no te llevaré a tu pastelería favorita. —Abrí mis ojos y me levanté casi de inmediato.

Si, me caí del sofá. Y si me golpee la nariz.

– La madre que me parió. —me fui directo al baño, no sin antes una bofetada de parte de Nick en mi trasero. – Hey, estas están reservadas para alguien más.

Nick se carcajeo, para después mirarme mal.

Entre al baño para arreglarme e ir a comer una deliciosa tarta.

– Son mejor las de fresa.

– Arrepiéntete Nicholas, ¿Cómo puedes decir tal barbaridad? — Lo mire ofendida.

– Solo digo que las malteadas de fresa saben mejor que las de melocotón. — Hizo un mohín gracioso y seguimos caminando. – Oye, ¿Ese no es tu ex jefe?

Giré mi cabeza con curiosidad, y lo que mire me impactó a más no poder.

Killian estaba con su ex esposa tomados de la mano. Sonriendo.

– Maldito imbécil.


Nick a mi lado golpeó mi trasero, lo mire cabreada.

– ¿Qué?, supongo que ya no están reservadas.

Volví a mirar hacia la escena que me estaba rompiendo más de lo que ya estaba.

Él la miraba con un brillo en sus ojos, un brillo despampanante.

Aquel con el que nunca me ha mirado a mí.

Dolía, duele más de lo que me imaginé que iba a doler.





Alexandra Cuevas.
Hey, he regresado.👏👏😂
Ahora renaudare las actualizaciones, las haré tres días a la semana. Quizás más ya que amo esta novela.
La cosa se puso interesante 😏❤
Gracias por seguir la historia, y por votar, y por comentar.

Se los agradezco, los amo.😍😘❤

Por favor no odien a Killian 😅❤

MI JEFE ES UN PERFECTO Imbécil.|COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora