Una vez de vuelta en mi oficina, agarré un pañuelo de papel y soplé mi nariz como nunca lo hacía frente a él. Exhausta, me desplomé en mi silla y apoyé mi cabeza sobe el escritorio. Necesitaba ir a casa. Saber que Kieran tenía una cita fue lo que me trajo. El pensamiento de pasar un día sin verlo se estaba volviendo más y más duro.
La manera en que nos separábamos, un silencioso adiós, no se sentía bien. Nuestra cita, aunque sobre la mitad fue su inoportunidad... él estaba aún hablando... comunicándose. Eso fue un progreso... un tipo de progreso. Pero al final, él parecía molesto. Decepcionado. Él se había pavoneado en esta oficina en toda su gloria sexual y arrogancia pero en lo más profundo, yo pensaba que lo había cortado al no querer oír su lista.
Fue cuando las cosas se volvieron incómodas. ¿Por qué tenía esto que ser tan duro?
Cerca de las 9:30 de esa noche no podía dormir tanto como lo necesitaba, y tan duro como lo intenté, no pude conseguir alejar a Kieran de mi mente. El volumen de mi teléfono estaba al máximo pero la única persona que me había enviado un mensaje de texto era Ruthie. Sabiendo que lo que estaba haciendo no tenía ningún tipo de ética, decidí enviar un mensaje a Kieran. Él dejó una extraña nota y todo lo que yo podía pensar era que había herido sus sentimientos al no querer conocer su lista. PERO, conocer su lista solo me arrastraría más a él y ya estaba atraída por él lo suficiente.
Había mantenido las paredes completamente arriba y alrededor de mi corazón desde que tenía once años. Si no dejas entrar a la gente, ellos no te herirán y aún más: ellos no podrán dejarte. Ni una vez desde que yo había decidido asesorar, pensé en las relaciones que había estado construyendo en terapia. Y ni una vez pensé tener a alguien tan maravilloso y encantador como Kieran Scout sentado transversalmente a mí.
Kieran... Envié.
Mi teléfono zumbó de vuelta cerca de diez minutos más tarde.
Doc...
¿Ocupado? Enviado. Mi cuerpo se estira de excitación.
Trabajando. Viendo gente que no debería estar bailando—baile. ¿Qué sucede?
Reí nerviosa.
Me gustaría conocer tu lista. Mantente agradable por favor. Envié.
No puedo dar ninguna garantía. Pero dos cosas primero. ¿Cómo te estás sintiendo?
Sus palabras parecían unidas a mis fibras sensibles porque había un poco de tironeo leyendo el texto.
Mejor. Las drogas son una buena cosa. Gracias. Envié.
Es bueno escucharlo. En tu lista, tú dices amable. ¿Qué quieres decir con eso?
Bueno. Tal vez más de alma amable. Tú siempre me preguntas por mí. Como me estoy sintiendo... ¿Tiene sentido? Enviado.
Espera Doc. Tengo que encararme de un asunto.
Apreté mi teléfono contra mi pecho. ¿Un asunto? ¿Una mujer? Sacudí lejos los pensamientos de Kieran con otra mujer. Él era solo mío por dos horas a la semana... yo no podía imaginar lo que él hacía con las otras horas de sus días. Cerca de veinte minutos más tarde, mi teléfono zumbó de nuevo.
Lo siento Doc. Estoy de regreso. Sí, eso tiene sentido. Gracias. No siempre soy amable.
Aquellas últimas cuatro palabras hicieron a mi ingle tocar un lento acorde. Mi teléfono zumbó de nuevo.
Terca.
Comencé a tipear que yo no era terca cuando mi teléfono zumbó de nuevo.
Linda.
¿¿Linda?? ¿Qué demonios? Un maldito gatito es lindo. Un bebé hipopótamo es lindo.
Y antes que te pongas histérica y saques tus garras de gatita, eso es lo que quiero decir por linda. Te molestas en lindas formas. Ahora mismo, te garantizo, te ves linda.
Reí nerviosa.
Eres sexy como el demonio. Tartas tan duro de ser profesional. Pero muy dentro de ti, sé que quieres al gran P.
Él estaba loco. Rápidamente escribí: ¡¡¡¡¡Acabo de agregar loco a tu lista!!!!!! Enviado.
Yo digo que eso es mierda, Doc. Envíame una foto de tus senos.
Rápidamente, googleé imágenes de senos, encontré algunos repugnantemente grandes, capté una imagen de pantalla y se la envié.
¡Wow! Esos son calientes. Está bien... pienso que veré los reales muy pronto.
Mis pezones se endurecieron bajo mi pijama.
Míralo de esta manera... las mujeres te envían fotografías todo el tiempo así que consigues ver una CANTIDAD de senos y... Enviado.
Podría ver lo que quisiera en persona, Doc. Pero eso no es lo que quiero.
Mi corazón y vagina dieron un giro de 180 grados. Santo maldito infierno, quería a este chico. Nunca había querido a un chico así... nunca.
¿Qué es lo que quiere exactamente, Sr. Scott? Enviado.
Bueno. Eso me lleva a mi última palabra. Cogible.
Todas las mujeres son cogibles, S. S.. Enviado
Doc. Hay pocas cosas que toleraré. Toleraré Sr. Scott. Toleraré tu juego, jugando cuando ambos sabemos lo que quieres. Toleraré S. S. y no toleraré no tocarte por mucho tiempo más. Touché en lo de cogible. ¿Qué hay sobre digna de coger?
Sr. Scott. La única razón por la que me encuentra cogible o digna de coger es porque soy inalcanzable para coger. Enviado.
DOC... cuide su maldita boca. Y contigo... esto podría ser una"seria" cogida.
¿Una seria huh? Sacudí mi cabeza doliente. Ese exasperante hombre no conocía lo serio.
Puedes decirme que hacer S. C; estoy yendo a la cama... Enviado.
Alguien está tratando de correr con los perros grandes y ella va a perder cuando yo me aparezca en su casa y le dé nalgadas. ¿S. C? Realmente... Duerme bien bella chica.
Desbordada con la vertiginosa anticipación de siquiera la posibilidad de él apareciéndose en mi departamento, yací despierta por un tiempo. Incluso consideré tocarme a mí misma pero todavía se sentía lo suficientemente desagradable para esperar. No estoy segura qué hora era cuando finalmente cerré mis ojos y dejé que el sueño me atrapara. Los golpeteos de disparos de balas perforando la calma noche me pusieron alerta sobre mis pies. Me deslicé dentro de mis sandalias y corrí a la ventana del frente justo mientras oía el vidrio romperse. ¿Qué demonios?
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Sessions interrupted.
RomanceProblemas de bebida ✔ Problemas de ira ✔ Asuntos de relación ✔ Mujeriego ✔ Mandato judicial ✔ Soy Kieran Scott... No estoy en desacuerdo de que la terapia sería beneficiosa para un tipo como yo. Sin embargo, cuando vi a la bella ter...