Parte 45

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Todavía en mis pantalones y camisa de vestir,  golpeé en la puerta de Joe y Vivian

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Todavía en mis pantalones y camisa de vestir, golpeé en la puerta de Joe y Vivian. Vivian respondió.

—Kieran, cariño. ¿Que está mal?

—¿Cómo conoces a Megan Clark, Vivian?

Su rostro cayó y ella miró hacia otro lado por un minuto. Abrió todo la puerta para permitirme la entrada, y di un paso más allá de ella.

—Toma asiento en el patio. Nos conseguiré una bebida.

Vivian me trajo una cerveza fría y tenía un poco de algo en su vaso también. Yo no estaba seguro de cuánto ella bebía por lo que tuve la sensación de que esta historia iba a ser buena.

—Megan vino a vivir con nosotros hace dos años y medio.

Enterré mi cara en mis manos, preguntándome cómo me perdí esto.

—Ella vino al refugio después de un altercado con un chico.

—Jared —dije, poniendo las piezas en su lugar.

Ella asintió.

—Sí. Jared. Necesitaba un lugar para quedarse. Pagó por su propia universidad con sus préstamos estudiantiles y Preston se había ido... así que Joe le permitió quedarse. Joe la conocía de sus cosas juveniles, pero la aceptó voluntariamente. Ella no permitió que la ayudáramos. Trabajó, se quedó en el jardín de la casa y tan pronto como pudo, ella alquiló ese pequeño mal lugar en donde la encontraste. 

—Vivian —dije sin otro motivo que fuera de exasperación.

—Joseph pensó que si él te mandaba a la terapia, sería bueno para ti. También pensó que ella sería buena para ti. Joe te conocía lo suficientemente bien como para saber que nunca te abrirías a cualquier mujer. Eso tomaría a alguien especial. Bueno, Kieran. Megan es especial. Después de todo lo que ha pasado, ella es honesta y buena. Es muy independiente. Y sin lugar a dudas inocente incluso con lo que ha pasado.

Me balanceé de un lado a otro en la mecedora del porche, preguntándome si Megan se había sentado alguna vez en este columpio... pensando en ella durmiendo en lo de Todd. Sabía que no debería estar celoso, pero lo estaba.

—¿Y cuando llegué contigo para comprar su coche?

—Eso hizo feliz a Joe. Él sabía que tu corazón no estaba totalmente apagado. Sabía que estabas empezando a preocuparte por ella entonces.

—¿Por qué no me lo dijiste? —dije apenas.

Ella miró hacia el jardín de la casa.

—Kieran. Le animé a hacerlo. Pero Joe realmente creía que iba a impedir el proceso terapéutico. También pensó que si supieras, la alejarías.

Jesucristo. Arrastré mis manos toda la longitud de la cara.

—¿Y Megan no tenía ni idea de quién era yo para ti?

Sessions interrupted.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora