Cuatro años después.
—Kieran.
Lentamente me acerco mientras escucho la voz de mi ángel.
—Bebé, es el momento.
Mis ojos se amplían mientras la gravedad de sus palabras me golpea. Salto de la cama.
—¿El momento? ¿Cómo el momento momento?
Ella sonrío frotando su palma encima de su hinchado estómago.
—Si. Como el momento momento.
Me paso ambas manos a través del pelo. —¿Cómo lo sabes? ¿Te duele? ¿Estás bien? ¿Has roto aguas?
Sus ojos pacientes me sonrieron más brillantes que su boca. —Estoy tensando, bebé. Todo mi estómago esta contraído pero es consistente. Como cada tres minutos.
—¡TRES MINUTOS!
Instantáneamente, me precipite con ella en mis brazos y me dirigí al coche.
—¡Para! —ella rió. —Cálmate. Tengo que vestirme y quiero lavar mis dientes. Necesitamos nuestra maleta. Por favor... estoy un poco asustada y necesito que respires conmigo.
¡Joder! —Bien. Estoy respirando. Tú estás respirando —la siento abajo y palmeo su culo. —Ve a cepillarte. Yo voy a conseguir la maleta —digo más calmadamente y barro un beso sobre sus labios.
Una vez que ella estuvo fuera de mi vista, corro hacia la silla para bebes del coche que estaba completamente segura. La atornillo de nuevo y casualmente camino por delante de ella para conseguir una ducha como si fuera cualquier otro día y no el día en que nuestras vidas estarán cambiando para siempre.
Después de mi ducha, salgo de un salto y empiezo a secarme cuando la diviso descansando y doblada contra la cama.
—¿Estás bien? —pregunto envolviendo la toalla alrededor de mi cintura.
Ella asintió y liberó una profunda respiración. —Creo que tal vez deberíamos irnos.
—Ok, bebé. Déjame tirar algo de ropa encima —¡mierda! Me lanzo sobre mis vaqueros y una camiseta, corro mis manos a través de mi cabello mojado y me reúno con ella en la puerta.
—Esto es todo —ella dice con preguntas injustificadas en sus ojos —
¿Estás asustado? —preguntó.
¡Aterrorizado! —No, Doc. Tu. Yo. Nuestra pequeña criatura. Nuestra aventura apenas está comenzando.
Una mueca dolorosa se dispara a lo largo de su cara reemplazando la sonrisa que estaba allí.
—¡Vamos! —le digo perdiendo toda paciencia.
Una vez en la sala de triage en el hospital, mi mandíbula marcando de ida y vuelta mientras ellos la colocan en los estribos para hacer un chequeo de su nivel de dilatación. Incluso después de cuatro años de estar juntos, tres de ellos como marido y mujer, el mero pensamiento de otro hombre tocándola -incluso si era por propósitos médicos- me volvía completamente loco.
ESTÁS LEYENDO
Sessions interrupted.
RomanceProblemas de bebida ✔ Problemas de ira ✔ Asuntos de relación ✔ Mujeriego ✔ Mandato judicial ✔ Soy Kieran Scott... No estoy en desacuerdo de que la terapia sería beneficiosa para un tipo como yo. Sin embargo, cuando vi a la bella ter...