Parte 7

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Cuando sus brazos se colocaron alrededor de mí me robo el aliento, pero todavía no me había calmado cuando ella me dijo dónde vivía

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Cuando sus brazos se colocaron alrededor de mí me robo el aliento, pero todavía no me había calmado cuando ella me dijo dónde vivía. ¿Los apartamentos Pine? ¿Estas bromeando? En una noche normal yo no iría ahí, menos solo con mi Harley. Yo simplemente trague. Pero me condenaría si ella viera alguna reacción de mí cuando ella me dijo el lugar.

Mi mente dijo que debo estar alerta y cauteloso. Pero mi malvada polla me estaba diciendo que manejara hasta que saliera el sol. Sus brazos tenían la fuerza de un pitón con la manera que se contrajo alrededor de mí. Solo podía imaginar cómo se sentirían tener sus piernas alrededor de mí. Yo moriría feliz de asfixia. Ella no lo sabía todavía... pero yo voy a follarla...

Aunque sea mi terapeuta o no.

En la luz roja, ella aflojo su agarre un poco.

—¿Estas bien? —Pregunte

—Sí. Puedes dejarme en el QT cerca de la esquina —ella sugirió.

Ni de chance, el pensamiento de ella manejando a ese lugar cada noche trajo vómito a la parte posterior de mi garganta mientras pasamos el QT que ella me dijo, juro por Dios que veía la escandalosa ropa de las prostitutas que se encontraban alrededor.

Portland tenía su ración justa de personas sin hogar, y ellos estaban dispersados alrededor, ocupando cada banco en las esquinas. Realmente quería saber cómo diablos ella consiguió un lugar aquí. Ella toco mi espalda y señalo a la izquierda, yo gire en la primera entrada. El sonido de mi bicicleta alerto a la gente del lugar y cerca de 5 pares de ojos descansaron en nosotros. Mis entrañas gruñeron un poco. No había manera de que pudiera protegerla en un lugar así. 

—Mierda —susurre debajo de mi respiración, viendo las personas en sus entradas.

Otro golpe en mi espalda y señalo el nivel del suelo entonces estacione cerca y apague el motor. Su casa tenía macetas de plantas y flores alrededor de la entrada y una alfombra de bienvenida. Esa mierda tendría que irse. Ella lucho con la manilla y levanto la quijada, permitiéndome ayudar.

—Puedes irte, lo tengo desde aquí.

—Solo pon tu trasero adentro —dije pacíficamente, golpeando el casco con mi motocicleta y evadiendo nuestros espectadores mientras se hacían camino afuera en sus balcones.

—Jesucristo —susurre. Una sonrisa de lado toco su boca y al principio me congelé porque pensé que me escucho.

—Gracias por traerme.

—Cuando quieras.

—Hola, señorita Lil —escuche a alguien decirle y me di la vuelta preparado para una pelea mientras los pelos de mi nuca se erizaron.

—Hola Usiah

Este tipo Usiah me estudio con ojos severos, pensé que su tono de voz con ella parecía sincero. Eso me complació. Me importaba una mierda si él me gustaba o no.

Sessions interrupted.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora