Capitulo 34.

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Es demasiado corto lo que tengo peeeeeeeeeero, prefiero subirlo a que dejarlas esperando por mucho tiempo. este fin de semana espero trabajar en algo más. esta semana tuve mis primeras clases en la Universidad así que no he tenido tiempo ya que estoy tratando de captar el ritmo, espero que entiendan. 

El me sonrió sin decir nada.

-¿Estás segura? – Me miró tratando de ver alguna señal de que estaba mintiendo –

Suspiré y rodee los ojos.  Noah volvió a quedarse dormida y deje de alimentarla, la recoste en la pequeña cuna que estaba a mi lado.

-Estoy cansada, será mejor que te vayas – Me acomodé en la cama para dormir –

-¿No me vas a responder? –Se acercó a mí y tomó mi mano, yo la solté –

-Tenemos una hija ahora pero no voy a volver contigo – Lo miré y pude notar como su rostro se ensombrecía – Tú estás muy feliz con Ariana y yo ahora tengo una hermosa hija que criar –

-Pero si… -

-No – Le interrumpí cortantemente – No puedes pretender que nada ha pasado entre nosotros y venir aquí a besarme cuando tú fuiste el que rompió con todo, de nuevo –Le escupí todo después de haberlo guardado por tanto tiempo -

En ese momento me di cuenta que ya no me importaba Nathan Sykes, él podía seguir con su vida y yo con la mía.  Tenía claro que iba a tener que compartir la crianza de Noah con él, no podía ser egoísta y negarle eso. Nath me miró unos segundos en silencio hasta que la enfermera se llevó a nuestra hija para que yo pudiera descansar.

-Señor, es hora de que se retire. – Le pidió a Nathan que me dejara sola y lo necesitaba –

-Si ya me iba – Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla – Que descanses, nos vemos mañana –

Me quedé en silencio meditando lo que había dicho, solté un largo suspiro y me acomode a dormir, necesitaba hacerlo después de un largo día.

Desperté y lo primero que vi fui un oso blanco gigante y a su lado derecho unos globos con leyendas de “felicitaciones” me senté lentamente en el borde de la cama, calcé mis pantuflas y caminé despacio ya que todavía mi cuerpo estaba dolorido pero necesitaba estirar las piernas después de estar un día completo acostada. El oso tenía una tarjeta, la tomé. La leí y era de Nano.

“Me quedé con las ganas de conocer a la princesita. Felicitaciones Maddie, volveré más tarde.  Nano x”

Le eché un vistazo a los hermosos globos, necesitaba dar un pequeño paseo. Caminé hacia donde estaba la sala con los bebés, Nathan ya estaba ahí hipnotizado viendo a Noah  detrás del gran ventanal, me detuve a su lado.

-Hola – Lo salude –

-Hola – Me respondió – No la viste bostezar, es un encanto –

Sonreí y vi como movía sus pequeñas manos.

-Maddie, respecto a lo de ayer –Se giró a mirarme –

Yo sólo lo miré sin decir nada, él suspiró y volvió la vista hacia donde estaba nuestra hija.

-Lo siento mucho – Susurró sin mirarme –

-¿Por qué? – No entendía de que me estaba hablando –

-Haberte engañado, dejarte con todo esto sola – Tomó una de mis manos y le dio un gentil apretón, la solté de inmediato –

Solté una pequeña risa pero no dije nada. ¿Qué pretendía?

-No estuve sola – Reí – Pero por favor, ya no sigas – Le sonreí amablemente – Dejemos esto como está –

Sonreí y sentí como su brazo me acercaba a él por la cintura a los minutos me soltó.

The Unwanted Life - LIBRO TRES || The Wanted Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora