teacher | jeon jungkook +18

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Su hablar indecente, sucio, era suficiente como para conseguir un punto de excitación mayor que el anterior en mí, y conjugado esto con el aliento caliente y poderoso por sobre mi centro, se trataban de motivos suficientes para querer izar mis caderas en busca de su anhelante tacto. Pareciendo que notó mi deseo creciente, no sé si se apiadó de mí o deliberó que merecía sufrir un poco más, cuando besó amplio y profundo aquella zona, ejerciendo presión y dejado entre sus labios mi lugar más sensible, para juguetear un poco con él y luego dejarme ir. Extrañamente, no tenía complejo o problema alguno con gimotear en contra de lo que me hacía sin que yo pudiese evitarlo, aunque muy profundamente, me odiaba a mí misma porque no estaba del todo segura del querer evitarlo.

—¿Qué pasa YoungSoo? –se mofó observando nimio la manera en que sus dedos acariciaban mi pierna izquierda, reptando hasta hallar el final de ésta. Su tacto era un cosquilleo electrizante, y se valía de aquello, también de que no podía hacer mucho más que removerme en mi lugar de forma limitada y frustrante–. Te noto un poco nerviosa...

Era ya más que un hecho, que JungKook hacía conmigo lo que quería; y era un tanto irónico, pues habíamos derrochado una vida entera quejándonos de aquellos que creían tener la autoridad de elegir por nosotros y hacer de nuestra existencia su obra. Lo detestaba por eso, pero aún más debería odiarme a mí misma, que me sometía como si fuese una cuestión de vida o muerte. Todo era bajo la excusa de que ambos ganábamos, pero era tan momentáneo que llegaba a tornarse hueco cuando lo meditaba un poco. Para mi desgracia, él era demasiado inteligente, podía decir lo que quisiese que mientras me tuviese en aquellas condiciones, yo cedería ante su habla, como ahora.

No dije nada, no era necesario en realidad. Al él levantar la cabeza, me dio una vista de su sonrisa ladina de comisura derecha, lo hacía muy a menudo. Era muy difícil decir de qué semblante era dueña en aquél momento, sólo diré que no correspondí a aquella sonrisa; no porque no quisiera, más bien porque sus actos no me lo permitieron. Con el dedo índice trazó una línea vertical de arriba hacia abajo varias veces por sobre mis bragas, causaba en mí un cosquilleo sensible, que adelantaba acontecimientos futuros. Luego de haber oído mi gemido implorante, con dos de sus dedos corrió la fina y húmeda tela de mis bragas, dejando a la vista mi sexo, que se encontró con la frialdad de la temperatura en aquella habitación, pero con el ardiente aliento irregular de JungKook segundos después. Su mirada estaba orientada hacia arriba, se alimentaba de mis expresiones faciales, y lucía como un niño que jugaba a ser inocente pidiendo permiso.

Aquella parte de mí latía por su atención, por algo de alivio, se hallaba en la más sensual espera, de que algo sucediera. Entonces se mojó los labios con la lengua, y dejó de ver hacia mi rostro. Había sido una completa ilusa y una tonta al olvidar aquellas palabras que antes había recitado; JungKook cumplía, no iba a ser gentil. Lo supe cuando sin ningún preliminar u acción previa que me lo avisara, atrapó entre sus rosados labios mi clítoris, con una fuerza que juraría que nunca había utilizado antes conmigo. Chillé y un gemido ahogado le dieron a entender que prosiguiera, aunque no sabría decir si eso es lo que quería. Fue una sensación extraña, y aún más cuando después de palparlo con su lengua un par de veces hizo uso de sus dientes. Había tenido más cuidado esa vez, pero aún así dolió bastante, porque seguían siendo movimientos rudos, ya no acariciaba aquella parte tan sensible, ahora la maltrataba, y vaya que se sentía bien. Succionó allí por un tiempo, mientras que con los dedos de su otra mano tanteaba mi más que mojada entrada.

—¿Te gusta, YoungSoo? –preguntó cuando hizo su cabeza hacia atrás para respirar mejor, no supe si la pregunta era elocuente, parte de lo que diría a continuación, por lo que mejor no dije nada, y él prosiguió–. Conozco algo que podría hacerte sentir aún mejor... –hizo la cabeza hacia un lado, dubitativo. Mi centro reclamaba su atención otra vez en forma de lastimosas palpitaciones–. ¿Te lo enseño?