teacher | cincuenta y cuatro

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Maldito hijo de puta.

No podía dejarme en paz, simplemente era algo demasiado difícil para él. Nada parecía bastarle, comenzaba a creer que estaba actuando simplemente con el fin de disgustarme y fastidiarme más. Y es que primero no daba señales de vida, haciéndome estimar que ya se había rendido y que por eso mismo él haría su vida por un lado y yo la mía por otro, para luego de la nada y sin ningún derecho, aparecerse en donde vivo con incómoda insistencia para querer hablar de cosas que yo ya había superado. No había nadie tan egoísta en este mundo como Jeon JungKook.

Mi reacción fue como si lo hubiese sabido de antemano, pero aún así había logrado sorprenderme. Sentí un pequeño dolor en el estómago a causa de los nervios repentinos, pues el hecho de saber que la persona que menos quieres ver está en tu casa y esperando por ti, no es reconfortante en lo absoluto. No obstante, ya tenía una decisión al respecto y esto no cambiaría incluso si me veía obligada a ello. Por nada en el mundo regresaría allí mientras JungKook estuviese pisando el suelo de mi casa. Y sí, tal vez no era la mejor de las conductas, considerando el hecho de que había viajado única y exclusivamente para verme a mí, pero para empezar nunca se lo había pedido.

Tragué saliva y entonces fui consciente de que estaba tardando demasiado en responder, pues oía a mi madre repetir mi nombre como si el silencio fuese a causa de mala señal. Me aclaré la garganta, y haciéndole frente a la situación le contesté con el tono de voz más decidido y decente que pude haber presentado.

—Ahora no puedo volver, mamá –le dije sin una pizca de preocupación o compasión, pero al instante me sentí un tanto apenada pues sabía que TaeHyung estaba poniéndome toda su atención. Me encogí de hombros a pesar de que ella no pudiese verme y con total indiferencia finalicé diciendo–. Dile que se marche y que venga otro día. Lo lamento.

Sabía que ella me odiaría después de oír aquello, pero no podía ser de otra manera. Me dio cierta pena tener que dejarla cargando con semejante situación tan incómoda, aún sin saber los motivos por los que mostraba tan poco interés en algo que involucraba a la persona que solía ser la más importante para mí.

—Kim YoungSoo –lo sabía. Sabía perfectamente que se enfadaría, y lo confirmé en el momento en que mi nombre salió de forma severa de sus labios, y me transmitió malas vibras desde el otro lado de la línea. La utilización de ese tono de voz me avisaba que habrían consecuencias, pero nada me podía importar menos en este momento–. ¿Cómo se te ocurre...?

Mascullaba con rabia para no ser oída por JungKook, que seguramente estaba allí mismo con ella. No quería oírla reprochar, no quería siquiera pensar en el hecho de tenerlo a él en mi casa, hablando con mi madre como si no hubiese hecho nada malo. 

—Debo colgar –avisé como si una urgencia se hubiese presentado, observando de reojo a TaeHyung, que conservaba la misma posición aún acostado y observándome curioso. Y sin siquiera darle la oportunidad para maldecirme en mil idiomas distintos, finalicé la corta llamada sin pensarlo dos veces. Seguidamente y con cierta intuición de que volvería a marcarme furiosa, apagué el móvil mientras oía la profunda voz de quien me acompañaba en a habitación decir con cierta gracia:

—Bueno, eso fue demasiado rápido –frunció el ceño extrañado, en otras circunstancias su semblante hasta me habría causado gracia, pero ahora mismo mi mente estaba cegada por incertidumbre, pues no podía dejar de pensar qué es lo que haría JungKook una vez se enterara de que no volvería–. ¿Qué sucedió? –inquirió interesado mientras conservaba su pose y me observaba acercándome. Dejé el móvil en su mesa de noche y me crucé de brazos.

Bajo ninguna circunstancia le diría que tenía un amorío frustrado esperándome en mi casa, listo para intentar convencerme de cosas que no quería oír. Sentía que eso malograría los acontecimientos que podrían suceder hoy, por lo que decidí recurrir a un acto del que no era muy fanática: la mentira.

teacher | jeon jungkook +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora