capitulo 8

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Te llenas de rabia, miras rapido a tu alrededor y te aseguras que el guardia no este mirando, con un movimiento rapido digno de cualquier cobra te abalanzas sobre el viejo y le tapas la boca mientras comienzas a asfixiarlo,  su rostro se torna rojo mientras pone poca resistencia, despues de todo es viejo y debil. Cuando ya deja de moverse te das cuenta que sus ojos eran completamente negros como la noche. "¿Eran asi antes de que muriera?" te cuestionas,  pero no habia tiempo que perder,  el guardia que dormitaba a la entrada pronto se daria cuenta de que algo andaba mal,  debes actuar rapido y con precaucion. Tomas el cubo lleno de eses fecales, te aproximas por la espalda del guardia, cuando se voltea le lanzas con rapidez el valde lleno de mierda y le desarmas con una rapidez felina a la vez que el pobre infeliz se tambalea enbusca de aire.

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Decides matar al guardia - capítulo 14

Decides uir y perdonarle la vida - capítulo 15

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