Elige tu propia aventura "El Rey Sin Rostro"

capítulo 83

La cama era comoda, sentias como te hundias en ella y asi en tus sueños. El dulce aroma del 'nimi' te ayuda a consiliar el sueño.

Tus ojos se cierran y te sientes relajado, tu cuerpo se siente liviano y tu mente comienza a recordar...

Estas en una cabaña rodeado de capitanes y generales, frente a ti tienes un inmenso mapa y sobre el hay figurines e instrumentos de medición. Estas dando ordenes a aquellos hombres. Estas vestido de color purpura, con guantes blancos y una cinta azul oscura recorre tu cintura.
No logras escuchar lo que dices, pero sabes que estas hablando.
En eso levantas la mirada y todos miran hacia la entrada de la cabaña. Entra un soldado corriendo, estaba Bañado en sangre, jurarias que le faltaba un ojo, estaba balbuceando y haciendo ademanes bruscos y desesperados. Los generales y capitanes pusieron sus manos en sus cintos y desenbainaron sus espadas y saliero deprisa de alli.
Tu das dos golpes sobre la mesa y lanzas el mapa de la mesa y junto con el las figurillas y los instrumentos de medición. Buscas tu arma, una fina espada con hermosas inscripciones en su hoja, contenplas tu rostro en ella y sales de la cabaña.
Cuando sales te recibe una horripilante escena, hombres siendo cercenados y aniquilados por tropas de color rojo, y cascos llenos de plumas escarlatas.
A unos pasos de ti, un soldado lucha por su vida sobre el fango mientras un enorme soldado escarlata le iba a dar el golpe final, corres sin pensarlo y con tu espada le perforas el cuello, sangre borbotea y te mancha el rostro y tus guantes. Levantas al soldado que te hace una reverencia y sale EB ayuda de otros.
El campamento esta en llamas y vez como hombres a caballo entran por todas partes.
Consigues reponerte y comienzas a matar soldados, uno a uno van callendo ante el filo de tu espada. Hasta que llega ante ti un enorme contrincante, cuando esto sucede los soldados de ambos bandos dejan de luchar y todo ojo se posa sobre ustedes.

Comienza a llover, el suelo se llena de barro, el hombre cae de su caballo de forma pesada. Llevaba una armadura escarlata con decorados de craneos, y una hermosa capa negra con plumas lilas. Su casco era escarlata con detalles en dorado y una larga melena de plumas negras.
Con su enorme mano saca de su sinto una enorme hacha de dos manos, y con fuerza te lanza un golpe.
No te esperabas aquello y con agilidad te lanzas a tu lado derecho, ruedas por el fango y caes detras de aquel gigante. Buscabas con tu mirada algun punto debil, donde acestar un golpe, pero aquel hombre era impenetrable.

Miras a tu alrededor y vez una antorcha, pero cuando levantas tu mirada el soldado te estaba lanzando otro golpe, a duras penas pudiste escapar de el, sientes como parte de tu jubon se corta y deja espuesto parte de tu pecho. Ruedas y logras poner tu mano sobre la antorcha, un soldado escarlata te toma de brazo para lanzarte nuevamente al centro de la pelea, pero con ligereza le cortas la garganta.
Corres bajo la lluvia y esquinas dos golpes que te lanza el soldado acorazado, te lanzas al fango y te Deslizas por debajo de el, te levantas con rapidez y le comienzas a quemar el plumaje del casco, aquello hace que se le caliente el mismo y comienza a humiar como chimenea.
Te alejas de el y empuñas con fuerza y confianza tu espada.
Aquel hombre se arranca el casco mientras grita de rabia, con furia lanza su casco hacia ti.
Le propinas un golpe al mismo, pero el hombre corre contra to con la fuera de un toro.
Ahi te das cuenta de quien era el enorme soldado con el que luchabas, era el llamado Rey sin rostro, ni sabias que fuera sierto, era una imagen horrible e intimidante.
Pierdes concentración y con ella el aprobecha y te acesta un golpe en el rostro, corres para ganar tiempo, pero te das cuenta que es algo imposible, asi que tomas aire a la vez que vez como aquel hombre corre hacia ti.
Te toma por el cuello y te levanta, con tus manos comienzas a luchar.
Cuando sabes que ya no hay oportunidad de escape, tus ojos se tornan violeta, y comienzas a recitar un cántico, de ti nace un brillo acompañado de un dolor como si quemaran tu pecho. Unas marcas salen en tu tórax y tu mente cae en un vacío.

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