capitulo 91

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Vez que los ojos de la chica están escudriñando los alrededores, como un aguila en busca de presa.
Sus manos se posan en la pared de piedra y notas como la daga cuelga de su sinto.
Extiendes tu mano hasta su cadera y con delicadeza tomas la daga. La daga comienza a deslizar suavemente saliendo de su vaina.
Tus ojos miran a la chica mientras sudor baja por tu frente. Ella sigue mirando con atencion a sus alrededores sin prestarte atención.
Logras sacar la daga y con un giro de mano se la colocas en la espalda baja a la chica. El frio del acero le anuncia a la chica de tez trigueña lo que ha sucedido en medio de su distracción.
"¿Y ahora que?" escuchaste que la chica te cuestionaba con tono tranquilo y algo divertido.

-"¿para donde me llevas?, necesito saber eso, si en realidad soy un principe, seria un botín excepcional para cualquiera, desde piratas, ladrones o grupos de mercenarios, el precio que mi cabeza tendría haria agua la boca a cualquiera, sin embargo ¿tu buscas ayudarme de buena voluntad?"

La chica sonrio y saco de su bolso un pequeño medallon, era dorado con un pedacito de marfil tallado en su centro. Por la oscuridad no podías ver bien que era aquello que estaba ilustrado sobre el marfil, pero se veia costoso.
Aun cuando no podias recordar nada, aquello te parecia extrañamente familiar.

"Se que ahora no recuerdas nada, pero eso es de tu madre, me lo dio para que te lo diera cuando te tuviera a salvo... Lamentablemente te lo doy ahora, no tengo nada para que puedas confiar en mi, solo te doy mi palabra de que saldremos de aqui"
Se toco su pecho, bajo la mirada y prosiguió, -"mi nombre es Arlet Jatziri,  soy espia de la Orden Del Tulipan, he sido contratada por tu padre, el rey para llevarte de vuelta a las islas topo, asi que le imploro Principe Alejandro Cervero, sigame hasta llegar al bosque donde mis contactos nos ayudaran a salir"
Los ojos de la chica en aqulla oscuridad se veian mas profundos y brillantes como onix pulido.
Con delicadeza se jiro y te miro directamente a tus ojos. "Ademas, un caballero jamas le haria daño a una damisela... "
Se acerco hasta tu rostro, junto sus sedosos labios a los tuyos y te dio un timido beso, tu mente se desenfoco y tu guardia bajo. Al momento sientes el frio metal de la hoja en tu cuello que te separa de sus labios.

-"Ahora, ¿vas a cooperar?, no creo que quieras regresar al castillo despues de quemar la cara de Eduardo,  me imagino que te lanzara directo con 'el mataperros'"- y lanzando la cuchilla al aire la atrapo y la guardo a la vez que te regalaba una guiñada coqueta. -"Ahora, ¿podemos proseguir nuestro camino?"

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Continuar con la Espia - capitulo 119

Correr al establo y tratar de escapar - capitulo 92

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