capitulo 32

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El guardia enfurecido no te hace daño, sin embargo te encierra en tu calabozo a la vez que te dice de forma sombría.
-"no te puedo matar, pero nadie dijo nada encontra de hacerte gritar"
Su risa retumbó por las frias paredes de piedra.
Al pasar unos minutos tu puerta es abierta de forma salvaje y la enorme figura de un ser monstruoso entra en medio de la oscuridad que te acompañaba. Con voz torpe gruñe.
-"ven pollito, ven a desplumarte"
Una risa sádica le acompaña con una enorne mano te arrastra como paja en riachuelo. Tus fuerzas no se pueden medir ante semejante ser. Te sigue arrastrando hasta llegar al final del pasillo, uba puerta enorme y tosca se abre ante ti, dentro hay toda suerte de herramientas para torturar.
Tu sangre se hiela y al momento sientes arrepentimiento por las decisiones que tomaste para llegar a este punto de tu vida.
"Tengo juguete nuevo" gruñe como un niño aquel monstruo, notas que le habla a un pequeño gatito que llace sentado frente a una fragua.
-"Señor Colita, este jugara con nosotros"- con sus enormes manos comenzo a acariziar al felino-"solo espero que aguante y no deje de jugar con nosotros"
Aquellas palabras resonaron con eco en tu cabeza.
Con una mano busco en su delantar manchado de sangre y lo que parecia restos humanos una tijera. La miro a la luz de las llamas y pudiste ver una sonriza dañada por el sarro.
Con calma se coloco unos gruesos guantes revestidos de cuero y coloco las tijeras en la fragua, mientras bailaba y cantaba.

-"el niño se porta mal
Pero que pena, que pena
Abra que llevarle al mural
Para que aprenda de melena
Melena, melena, melena
La cabeza que yace en el mural serena
Sus ojos rotos y su cuello a mitad
Enseña a los niños malos seriedad"

Mientras cantaba sus estrofas tratas de luchar contra las esposas que te mantienen espectador de semejante espectaculo. Se acerca a ti con paso suabe y una sonrisa casi inocente, en sus manos vez la tijera pero en color escarlata por el beso calido de las llamas de la fragua.
Comienza a reir mientras sientes como el calor de las tijeras escuesen tu piel en las manos, un alarido desgarrador sale de tu garganta mientras cierras los ojos como para evitar ver y sentir, lo cual es en vano. La risa de aquel animal solo empeora. Te duele terriblemente, pero poco a poco te gana el cansancio, estas agotado de tanto gritar y poco a poco pierdes las fuerzas.
Ya no hay mas nada y el dolor, las fuerzas, los gritos se van alejando. Ya no hay mas sufrimiento y donde estaba el mismo fue reemplazado por descanso.

FIN

FIN

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