capitulo 121

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Tiene mas sentido para ti ir hasta las costas, pues talvez encuentres algun marino mercante que te pueda llevar hasta tu pais. Azotas al caballo en direccion a las costas.
El tramo se te hace eterno, pero pronto el viento salado y el olor a playa inundan tus sentidos, el aire fresco te da fuerzas y las aguas se veian hermosas bajo la luz de la luna.
De momento un fuerte olor a dañado y a sangre te azota la nariz con una fuerza increible. Vez que en la orilla tienen pieles curtiendo.
Tapas tu nariz y mas adelante vez una pequeña fogata, y varias sombras alrededor de ellas que se movían con gracia. A medida que te vas acercando vez que danzan y otros beben,  mientras vas escuchando una cancion acompañada de tambores e instrumentos de cuerda.

"La mar, la mar, la mar
Es mi unico hogar
No quiero esposa alguna
quiero oro para comprar la luna
Mi vida es el salado mar
Y de mujeres comer su dulce manjar"

Seguias caminando en direccion a aquel grupo, y ya veias con claridad que mujeres danzaban y que marinos cantaban y bebían, se abrazaban y tambaleaban juntos.

Uno de ellos te ve y te llama.
-"oye, pequeño arenque, ven y toma algo"

Las mujeres comenzaron a reir a la vez que te llamaban.
Decides acercarte y comer un poco del pescado que tenian, amarras a un poste cercano al caballo y te acercas a la fogata.
El crepitar de las llamas y la musica era hipnotizante, te sientas cerca de las llamas y por la forma en que te veias uno de los marinos te pasa un pedazo de pescado y una jarra de cerveza aguada.
-"Come,  parezes que llevas dias sin comer"
Aquel marino era alto y lucia una espeza barba roja, sus ojos eran negros y tenia una gran cicatriz en la nariz. Su voz era dura, pero reia mucho y de forma ruidosa. A juzgar por como vestia dirias que era capitan de algun navio.

"¡Comamos, bebamos y forniquemos que mañana zarparemos y no tendremos por meses de estos placeres! "

A medida que la noche avanzaba, los marinos iban durmiendo jarra en mano y uno que otro se tambaleaba risueño con alguna cortezana. Tu seguias contemplando las llamas de la fogata y sacudiendo uno que otro mosquito de tu rostro,  cuando el gran marino que te dio la bienvenida se te acerca.
-"cuentame crustáceo, ¿de que huyes?"

Aquello te toma por sorpresa, "uir? "
-"estos viejos ojos ven mas de lo que crees, hijo, llevas ropas aun que sucias son de castillo y ese caballo en el que llegaste, tiene una silla de caballero"-callo unos segundos y te miro con sus ojos negros como aquella noche -"me vas a contar o me obligaras a llevarte hasta el castillo personalmente,  tal vez me den una buena recompensa"
Suspiras y le cuentas al viejo marino lo sucedido, a lo cual el solo mira las llamas de la fogata.
-"escuchame pequeño arenque, agamos un trato, te llevare conmigo hasta las costas de isla topo, pero deberas trabajar como marino, nadie en mi barco come de gratis y una vez lleguemos alla eres libre de hacer lo que se te plazca, que crees? " te decia a la vez que estendia su mano hacia ti.

Aquello era un trato justo y atrallente,  solo debias de estrechar su mano y estarias de camino a casa.

Aquello era un trato justo y atrallente,  solo debias de estrechar su mano y estarias de camino a casa

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Aceptas el trato - capitulo 149

No aceptar el trato y decides ir al poblado - capitulo 150

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