capitulo 84

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Te asomas por la puerta sin abrirla completamente, una brisa entra por ella y los goznes rechinan sobre sus quicios. La sangre se te hiela y sientes como algo empuja la puerta, instintivamente te hechas hacia atras. Cuando miras es un pequeño gatito de color blanco como la nieve, el pequeño felino te mira a los ojos y te maulla mientras ronronea entre tus piernas.

Lo acaricias un momento mientras respiras aliviado, procedes a mirar por la puerta y vez un diminuto cuarto, pareceria que fuera la habitación del tal 'mataperros'.

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Decides mirar por la ventana - capitulo 115

Decides buscar en aquella habitacion - capitulo 116

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