capitulo 96

17 5 0
                                    

El sequito estaba ya a la vista, numerosos carros tirados por caballos rayados y soldados montados sobre camellos emplumados llegaban por el cendero comercial.
El sol ya estaba en su senit, y ya podias ver una majestuosa carroza color escarlata, lucia dos enormes alas plateadas.

Al cabo de unos minutos ya estaba llegando frente al castillo, tu corazon estaba acelerado, tus manos sudaban por la anciedad y tu estómago comenzaba a estremecerse. 
Sientes una mano en tu hombro y la voz del principe que te habla:
-"se que la decisión no fue fácil, pero creeme Alejandro, es para el bien de ambas naciones"

Sabias en tu corazón que estabas haciendo lo correcto, sabias que tu padre infartaria cuando se enterara de la noticia, pero no deseabas que hubiera más derramamiento de sangre.

Unas trompetas sonaron, te trajeron devuelta a la realidad de aquel momento. Un hombre bajito de barba blanca y escaso cabello anuncio a los presentes la llegada de la princesa Lady Rubí.
Se escucharon aplausos, y el sonido de instrumentos tocando el himno nacional.
Un paje real se poso frente a la puerta de la carroza y con finura la abrió mientras que otro colocaba un escalón al pie de la puerta.
De la carroza una chica de unas veinte primaveras se apolla con gracia del escalón mientras una dama aguanta su mano.

La chica tenía los ojos completamente azules, no como su hermano, que eran negro onix. Su cabello era rojo como las llamas de una fogata y su tez blanca y delicada. Camino con cuidado unos pasos hasta ver a su hermano, con emisión unas lágrimas salieron de su rostro mientras dejaba atrás cualquier protocolo que debía observar. Corrió a los brazos de su hermano y esta la recibió con los brazos abiertos.

-"Rubí, que bueno que has llegado, tengo tanto que contarte"-y dandote una mirada, tomo su mano y la unio a la tuya -"el es el principe Alejandro".

La chica mira a tus ojos y en ellos vez un brillo de armonia y paz. Era un mar encalma que te traia tranquilidad.

Tratas de hacer un ademan elegante, y besar su mano, pero solo logras golpear tu frente contra su mano.
Los colores suben a tu rostro mientras que la joven princesa rie por lo bajo.

-"vamos, Principe Alejandro, acompañanos a mi hermana y a mi al salon, para tomar un poco de te  hablar de los por menores.

-----------------------------------------------------------

Pasa al capitulo 123

Elige tu propia aventura "El Rey Sin Rostro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora