Capítulo 16

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Nos decidimos por ir a la sala de videojuegos a pasar él tiempo y luego por comida a un puesto de hamburguesas en la esquina de laisma calle.

Llegamos al centro de juegos, dimos él número de identificación y nos compramos unas sodas frías. Encontramos vacía una mesa de glow hockey en centro e insertamos una targeta en él costado de la mesa. Decidimos hacer un mini torneo entre nosotros para que él que gane rete a otra persona a jugar, los primeros en participar fueron Cal y Uriel.

Se pusieron en los puestos y comenzaron él juego. A mitad de juego sentí una ráfaga recorrer mi espalda, instintivamente volteé: Amber estaba jugando en una consola dándonos la espalda.

Su cabello negro lo llevaba atado en una coleta alta y ajustada, también unos jeans, calzas deportivas y una blusa sin mangas negra; no alcancé a divisar en que juego estaba pero a juzgar por la consola y sus movimientos, seguramente estaba en la carrera de motos.

- Dani, tu turno. - me invitó Cal, que al parecer había perdido.

Concluimos la partida casi en empate pero sin que Cal se lo esperara en él último segundo anoté un punto. Reí de emoción y Cal se quejó derrotado, dejándose caer en él sillón a lado de la mesa.

- veamos si sigues con esa sonrisa, Daniel.

- ya veremos, dijo un ciego.

Antes de empezar volteé ligeramente a donde estaba Amber y seguía allí de espaldas a nosotros. Jugamos por mucho tiempo sin poder evitar acabar en empate, estuvimos empatados tres partidos.

- muy bien, esta es la vencida.

- vale. - dije yo.

Me concentré él doble que antes, perder para nosotros es significado de burla por un mes. Terminé ganado 5-4.

- ¿a quién retas?- pregunto Uriel enfurruñado.

Fuimos eligiendo personas al azar que rondaban cerca, siempre ganaba yo y poco a poco la gente fue arremolinándose a nuestro alrededor a ver las partidas.

- yo te reto. - dijo una voz detrás de mi, Cal y Uriel se miraron como si vieran algo extraño.

Me giré y ahí estaba Amber, pude ver que tenía los ojos pintados de color negro y azul eléctrico, me miraba desafiante y con una sonrisa salvaje.

- bien.

- pero - respondió haciendo una pequeña pausa y sacándose algo del bolsillo trasero de sus jeans. - yo juego a lo grande.

Soltó un fajo de billetes en la mesa, no quería apostar pero no podía quedar como tonto enfrente de la multitud.

- nosotros no jugamos con apuestas. - intervino Uriel, en tono peligroso y a la defensiva.

- no quieren perder entonces.

- simplemente no jugamos con apuestas y si no puedes respetar esto puedes irte a otra mesa porque esta es de nosotros y se juega con nuestras reglas. - añadió Cal.

- según tengo entendido, ustedes no juegan. Solo Daniel, y yo estoy hablando con él. - se volvió a mi. - ¿y?

- bien. - me rendí. - juguemos.

Buena jugada, Amber, no quiero quedar como estúpido. Lo siento chicos.

La multitud rompió en ovaciones, recogieron él dinero y cada uno nos colocamos en las esquinas de la mesa.

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