Capítulo 28

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- ¿Qué? - Dice la chica incrédula.

Parece que no fui el único que pensó eso.

- Dije adelante. - Repite Amber con una tranquilidad molesta - Puedes matarlo.

- ¿Estás segura de tentarme así?

- No me haces ningún daño, es más, puedes hacerme un favor: el chico ya ha visto demasiado de mi; muerto no va a decir nada. Celia, te doy todo mi permiso.

No puedo ver la expresión de la chica, tal parece Celia, pero podría jurar a que está enojada, porque Amber solo expresa una sonrisa socarrona.

- ¡Agh!

Celia me suelta y avienta contra unos arboles cercanos.

- En cuanto acabe contigo, - le amenaza a Amber. - acabaré con él.

Arremete contra Amber sin más previo aviso que un gruñido. Esto no toma desprevenida a Amber, quien le da una rápida estocada en el vientre a Celia.

De nuevo sale un grito desgarrador de Celia que me pone la piel de gallina. Pero a Amber no. Su mirada es oscura, fría, disfrutando y absorbiendo todo el dolor de Celia.

Para Amber no es suficiente: se acerca a la Celia desplomada y arrinconada, le rompe las costillas una por una. No decide terminar su tortura hasta que ha roto cada hueso de su anatomía.

Alza su pequeña daga y la hunde en su pecho, justo donde el corazón sustenta su vida. El último grito de Celia es absorbido por Amber, se va convirtiendo en un aullido hasta quedar como un pequeño y frágil susurro.

Solo hasta que la vida a abandonado por completo el cuerpo de Celia, es cuando la atención regresa a mi. La mirada de Amber se suaviza casi al instante. Pero todavía están en mi mente esos ojos. Ella se da cuenta e intenta calmarme.

- Tranquilo, no haré nada.

- Pero tu... Tus ojos....

- Tranquilo, solo era un modo para mi defensa en estas situaciones.

- ¡Tu ibas a dejar que me matran! - la acuso.

- Claro que no. - Responde a la defensiva. - Conozco perfectamente a todas y cada una de las hijas de la naturaleza. Ella jamás te hubiera matado si no fieras algo importante para mi.

- ¿Las hijas de la naturaleza?

Dudas y dudas surgen en mi cabeza por cada intento de explicación que Amber me da.

- Sí, son seis hijas de la naturaleza. Las conozco todas.

- ¿Quiénes son? - De pronto me siento intrigado por ellas.

- Primero, - comienza a enumerar con sus dedos - se dividen en tres ramas principales: tierra, mar y cielo. Segundo, esas a su vez se dividen en dos: flora y fauna; a excepción del cielo, esas son clima y fauna. En total son seis. Tercero; La que acabas de conocer es la flora del mar.

- ¿Brenda también era una? - tendría sentido, con todo lo que ha dicho.

Siento como el temor va siendo reemplazado por la curiosidad. Y Amber se alivia de eso.

- Sí, así es, aunque es más conocida por el nombre de Felia. Era la Fauna del mar.

- Entonces ellas...

- Sí, eran hermanas. Como ambas son del mar son más unidas, y Celia intentó vengar su muerte. Es muy sentimental.

- Por eso ella no me mataría si no soy cercano a ti.

- Exacto. Me aproveché de eso en la pelea: los sentimientos te nublan el buen juicio.

Noto como apenas lo dice se pone incómoda, lo que da un silencio incómodo. Ella siente lo que causa y se da la vuelta dejando me a sus espaladas para salir del bosque. La sigo a pocos pasos de distancia, hasta que salimos del bosque y ella se va por su lado, dejándome solo, con otro millón de preguntas.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2018 ⏰

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