11 💜 Antes de abandonarme.

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No es un simple sentimiento

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«Es un poco extraño hacer esto a través de ___ pero lo haré lo mejor que pueda contando esto. No quiero dar lastima así que le pido por favor que no ponga caras a medida que se lo vaya contando... no se ría que incluso yo me rio. En realidad es algo incómodo contarle algo como esto, es la primera vez que se lo cuento a alguien más que no sea... ___. Pero creo que puedo hacerlo con usted, algo me hace tenerle mucha confianza.

A lo largo de mi "vida" nunca supe por qué me pasaron estas cosas y no tengo ganas de saberlo tampoco. Por esa razón es que no le di detalles sobre que tanto pasó a ___, que de seguro está más nerviosa que yo y hasta un poco asustada repitiendo todo lo que estoy diciendo.»

—Vaya que me conoces —suspiró soltando una risita.

«Bien, empezando por lo primero que recuerdo... al parecer el mes en el que llegué a ese lugar fue, eh... Julio. Hasta los 16 estuve en un pequeño cuarto húmedo y rasposo, con una puerta siempre cerrada y una muy pequeña ventana en la parte de arriba; nunca la alcancé para ver qué había del otro lado.

Los días se basaban en reposar sobre la misma pared de frente a la puerta, con una comida al día; una mitad de pan viejo y agua. Cuando me enfermaba ella solía llevarme un poco de sopa fría, y el único "pasatiempo" que tenia era escuchar por la ventanilla a los niños: cuanto salían de comer, cuando jugaban, reían, se peleaban entre ellos por algo estúpido, celebraban algo llamado "cumpleaños" y las despedidas cuando alguien era adoptado, de vez en cuando repetía alguna de las cosas que ellos decían, no sabía hablar.

Durante varios años a la única persona que veía era a la Hermana Superiora, era una mujer que siempre tenia cara de amargada, y era aquella que se me encargaba de mi comida y me tiraba una bolsa de hilo en el invierno para cubrirme. Nunca me trató con... amabilidad como con los demás niños y mucho menos me dirigía la palabra, tampoco era de acercárseme mucho hasta después de ese incidente.

El único error que hizo la Hermana Superiora fue dejar la puerta sin llave ese día, y mi error fue cruzarla. La luz me dañaba los ojos y las piernas me temblaban al ser de las primeras veces que caminaba. Aquel pasillo en el que estaba era solitario, al frente había una cocina sin gente, a mi izquierda la salida al patio y a mi derecha otro pasillo.

No me moví de mi lugar por varios minutos, nadie me había visto, nadie sabía que yo estaba ahí, solo... estaba parada en medio del pasillo. La brisa recorría por primera vez mi cuerpo, varios olores tan distintos a la humedad aparecían, pero no me sentía fuera de la habitación todavía. A lo largo del pasillo habían muchas fotos: grupos de niños, de Hermanas...

Había una pareja de visita ese día, tal vez eso explica porque ninguno de los niños jugaba en el jardín como de costumbre, los vi pasar por el pasillo de al lado junto a una hermana más joven, los vi muy poco, pero algo tenían en su... alrededor que me había llamado mucho la atención, era la primera vez que veía a alguien sonreír. No me di cuenta cuando había empezado a caminar para ir con ellos hasta que la silueta de la Hermana Superiora me detuvo casi al final del pasillo, estaba muy enojada y... me regresó a la habitación de un tirón de cabello.

Las vieron. Las cicatrices...»

—Hija, si quieres... puedes detenerte —comentó Matsuyo al ver la expresión de ___. Era cierto que no esperaba una historia en tonos rosas sabiendo que la chica vivía en la calle, pero no creyó que hubiese pasado por tanto y la culpa se le acumuló en el pecho a medida que la menor avanzaba en su historia.

—Perdón por haber dicho que sería un gusto contar esto —dijo en voz baja hacia su otro yo, recriminándose por haberse dejado llevar.

—Yo también acepté esto, no te culpes, no tienes la culpa de nada... —dijo con un tono de voz pausado, casi ausente— Quisiera terminar de contarlo.

Las 2 Colas Del Gato Perdido「Ichimatsu x Lectora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora