Capitulo XIV/II

22 2 0
                                    


Narra Erika:

He perdido a Nike y Hikari en medio de la multitud, tampoco veo a mi primo, por lo que decido ir al jardín ya que les sera mas fácil encontrarme en un lugar con menos gente.

Al llegar me doy cuenta de que las rosas están mas bonitas de noche así que me agacho a mirarlas.

Alguien me toca el hombro.- Perdona ¿Me puedes mostrar donde esta el excusado?- Dice un hombre mayor, de unos cuarenta años con un rosto sonriente.

- Claro, sígame.- Digo y luego me dirijo al interior.

Mas o menos al llegar a la mitad de la sala me doy cuenta de que el hombre ha metido su mano debajo de mi falda.

- ¡¿Se puede saber que hace?!- Digo pegándolo.

El hombre esta apunto de devolverla cuando, un chico rubio y bien vestido le agarra la mano por detrás.

- Sabe señor, no debería hacer eso.- Dice con una cara sonriente pero aterradora.

-¡¿Quién diablos te crees que eres?!- Dice el viejo verde antes de empujarlo hacia el suelo.

El viejo va hacia el para pegarle, yo intento detenerlo pero Nike aparece entre el y el chico rubio.

Narra Nike:

- Disculpe señor pero esto es una fiesta de cumpleaños, no un club de alterne, por lo que si quiere ese tipo de servicio no tiene mas que marcharse.- Digo lo mas amable y sonriente posible dada la situación.

El señor salido intenta pegarme pero Ciel aparece recibiendo el golpe.

-¡Señor Phantomhive! No era mi intención...- Dice el entre asustado y arrepentido.

-¡Ciel estas bien!- Digo sorprendida y preocupada. No esperaba que apareciera.

-Si tranquila, señor creo que ha ido demasiado lejos por lo que mi mayordomo le mostrara la salida.- Dice antes de hacerle una señal a Sebastian.

Este entiende la situación y se lo lleva. Erika ayuda al chico rubio a levantarse y le da las gracias, mientras Ciel se dirige a los invitados dándome la mano.

-Queridos invitados, lamento este terrible espectáculo pero supongo que lo puedo arreglar con una buena noticia.-Dice y se pone de rodillas enfrente de mi.

- ¿Qué haces Ciel?- Digo confundida.

Saca una caja y la abre, dentro hay un anillo de plata con una rosa tallada en zafiro en un lecho de hojas del mismo material del anillo.- Cada mañana, cuando despierto, tú eres la razón por la que sonrío; tú eres la razón por la que amo. ¿Quieres levantarte conmigo todos los días de mi vida?

La gente se sorprende y me mira ya que, sin saber el porque, he comenzado a llorar. ¿Por qué lloro? Ya sabia que tarde o temprano esto pasaría.

- Te regalo todos mis sueños... que en cada uno tu estas presente; te obsequio mi corazón... que se, por ti, que está latente.- Digo entre lagrimas siguiendo el poema recitado por el.

Ciel coge mi mano, seca mis lagrimas y pone el anillo en mi dedo.- Sabes, no deberías llorar en frente de alguien mas que yo.

Le miro y el me sonríe, creo que es la primera vez que le he visto de verdad y eso me hace feliz.

Le abrazo.- Es culpa tuya por lo que no puedes reprochármelo.

Todos los invitados aplauden y nos dan la enhorabuena antes de marcharse.

Pero todavía me queda algo que hacer, por lo que me voy al jardín.

En el me encuentro al chico rubio de antes.- Perdóname, si no estas muy ocupado, me gustaría decir algo.- Digo sonriendo.

- Adelante.- Dice el chico rubio devolviéndome la sonrisa.

- Me llamo Nike, soy una amiga de la chica a la que has ayudado antes por lo que me gustaría darte las gracias personalmente.- Digo haciendo una reverencia.

- No ha sido nada.- Dice el chico extendiendo la mano.- Mi nombre es Alois Trancy ¡Un placer conocerte!

Le tomo la mano en signo de amistad y el la lame. ¡Se puede saber que hace! A continuación hace una reverencia y se marcha.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Basto con soñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora