Capitulo XI/I

21 2 0
                                    


Mientras tanto Nike

Narra Nike:

He acabado de desayunar y todos se han ido a hacer alguna que otra cosa, por lo que me he marchado a leer al jardín.

- Nike-chan. ¿Que estas haciendo aquí sola?- Dice con una sonrisa.

-Hola Erika-san, estoy leyendo un poco.

- Ya veo, todos se ven muy ocupados. ¿No te siente sola?

-No.- Digo felizmente.- El hecho de estar ocupado es bueno y además así tengo tiempo para leer.

- Si tu lo crees así.

Me fijo en Erika, la verdad es que siempre va de negro. ¿Por qué sera?

- Erika-san, ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Si, claro.

- ¿Por qué siempre vistes de negro?

- Pues... Desde que murieron mis padres en un accidente de carruaje. Supongo que es mi forma de llevarlos siempre conmigo.

- Ya veo, lamento mucho lo de tus padres. Ya que entiendo mas o menos como te sientes.

- ¿Si?

- Si, bueno... No es lo mismo ya que fueron mis padres los que me abandonaron en un descampado.

- ¿En serio?

- Si. Pero yo tuve la suerte de que una pareja de abuelitos me acogieran.

- ¿No les guardas rencor?

- No, ni una pizca.- Digo feliz.- Mas bien les doy las gracias. Ya que sin eso no hubiere conocido a mis abuelos, a Hika-Chan, a Sebastian o a ti y Ciel, ni tampoco seria la yo que hoy ves aquí.

Ella se queda en silencio, de repente una pequeña lagrima brota de entre sus ojos.

¡¿Dios mío que he echo?! ¡No llores por favor!

Erika-san se hecha sobre mis brazos, creo que intenta decirme algo pero no logro entenderlo.

Narra Erika:

Esta chica ¿Por qué? ¡¿Por qué es tan pura?!

Junto a ella no soy capaz de seguir con la fachada que me he creado, la fachada que me merezco. Comienzo a llorar, ya no puedo mas, quiero soltarlo todo y quien mejor para hacerlo, que Nike.

Me lanzo a sus brazos.-¡Yo... Yo ya no puedo mas! ¡No quiero mas esta fachada! ¡No quiero que me odien! ¡No quiero hacerte daño, no a ti, ni a el!

- Tranquila.- Me abraza y acaricia suavemente mi cabello.- No voy a odiarte. Da igual lo que hayas hecho o lo que fueras a hacer, lo importante es que te has detenido a tiempo y te arrepientes de los errores pasados.

-¡Nike-chan, eres tan buena! ¡Cuando estoy contigo siento que puedo hacer cualquier cosa!- Digo llorando, creo que a ella le puedo contar mi secreto.


Basto con soñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora