Capitulo XVIII

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Narra Erika:

Me he pasado la noche pensando en que debo hacer. Si mis sospechas son ciertas, debería avisar a mi primo o tal vez debiera hablar con el conde Trancy antes. ¡Mi cabeza va a estallar! Ya se, lo primero que voy a hacer es desayunar.

Voy a avisar a Hikari, pero ella todavía no esta por lo que bajo a desayunar.

Al bajar oigo una pelea entre un desesperado Trancy y una asustada Hannah.

-¡Lo siento mucho!- Dice Hannah casi llorando.

-¡Que lo sientes! ¡Un lo siento no hará que la consiga! ¡Date prisa y arréglalo o te castigare como la ultima vez!- Dice el enfadado antes de marcharse.

Hannah se apresura a preparar la mesa. Estoy a punto de bajar pero veo a Nike y me paro en seco.

- Buenos días Hannah-san.- Dice Nike sonriente.

- Buenos días Nike-sama.- Dice todavía un poco asustada.

-¿Puedo ayudarte?- Dice cogiendo un plato y colocándolo en la mesa.

- No hace falta... Además si el Joven amo se entera...- Dice temblando de miedo.

- No lo hará.- Dice todavía sonriendo.- Y si lo hace yo tomare toda la responsabilidad.

Hannah asiente y ponen la mesa juntas.

- Sabes Hannah-san, si tienes algún problema o necesitas a alguien para hablar. No dudes en que yo te escuchare.

Ella se sorprende. Esta a punto de decir algo pero Trancy vuelve junto con los demás. Creo que ya es hora de bajar.

-¡Buenos días!- Dice el sonriente. No me puedo creer que fuese el mismo de hace un momento.

- Buenos días.- Decimos todos y nos sentamos para desayunar.

El desayuno pasa rápido. En un momento que he tenido a solas con mi primo le he podido decir que bajo ninguna circunstancia deje a Nike sola. Y me he dirigido a la biblioteca.

Comienzo a mirar los libros hasta que, me fijo en uno llamado El alma de la vida eterna y lo cojo.

Cada cuatro mil años un alma pura y brillante como el sol nace. Esta puede hacer cosas increíbles como dar un poder inigualable si la tomas o, incluso, dar la vida eterna si la matas. Pero en el segundo caso no es tan fácil ya que, solo puede matarse en la luna de sangre del décimo segundo mes del año, es decir el veinticuatro de diciembre. Y, esto se debe hacer con un ritual especial que encontrareis...

Esto es... ¡Es hoy! Tengo que avisar a mi primo y largarnos de aquí pero ya.

Me giro para marcharme pero la figura de un Claude sonriendo impúdicamente me detiene.

- Lo lamento señorita. Pero ahora que sabe eso, no puedo dejarla marchar.- Dice antes de darme un golpe seco.

¡Oh no! La vista se me nubla y caigo en los brazos de mi agresor. Espero que se den cuenta a tiempo...


Basto con soñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora