Capitulo XXIII/IV

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-¡De eso ni hablar!- Dicen Ciel y Hikari a la vez.

Se miran enfadados pero asienten a la vez. No se porque pero eso no me da buena espina...

-¡Nike eso es muy peligroso!- Dice Hikari.

- Pero, aquí yo soy la única capaz de saber con certeza quien es el asesino.- Digo con cara triste.

-¡Ni hablar! ¡Te digo yo que me disfrazo de mujer antes de que tu vayas!- Dice Ciel con cara severa.

-¡Esa no es una opción! Eso no resolvería que sigo siendo la única que puede hacer eso.- Digo seria y luego me sonrojo pensando en Ciel vestido de chica.- Aparte, claro esta, de que moriría por exceso de lindura en mi organismo.

Ciel también se sonroja, pero eso no evita que su mirada siga diciendo que no me va a dejar ir.

- Joven Amo, si me permite, ¿Por qué no la acompañan Erika-sama y Hikari?

Todos nos callamos de golpe. A Ciel se le afloja la mirada y las demás nos miramos como tontas. ¿Por qué no se me había ocurrido antes?

- Es verdad, si Erika-san y Hika-chan me acompañan, podemos buscar al asesino mientras que nos cuidamos las espaldas.- Digo con el rostro iluminado.

Erika parece convencida y a Hikari tampoco le falta mucho, en cambio Ciel todavía parece preocupado.

- Además, para evitar que nos encuentren alguna relación con vosotros, podemos disfrazarnos y cambiarnos los nombres.- Digo intentando convencer a Hikari y Ciel.

- Por mi no hay problema. Te acompañare al fin del mundo si hace falta.- Dice Erika ya convencida.

- Mientras pueda vigilarte, esta hecho.- Dice Hikari crujiéndose los nudillos.- Al que se acerque a ti con malas intenciones lo aniquilare.

Ciel sigue impasible, me va a costar convencerlo de que me deje ayudar.- Venga Ciel, porfa... Todos estamos de acuerdo con el plan menos tu.- Le miro con cara de corderito y el me evita.

- No vas a convencerme. Aunque ellas vayan contigo, no saben pelear por lo que serian completamente inútiles.- dice con una mirada endurecida.

Hikari y Erika se enfadan.-¡como que no sabemos pelear!- Dicen las dos antes de ir a por Ciel.

Sebastian y yo las aguantamos con tal de que no le den a Ciel una paliza.

-¡Suéltame!- Dice Hikari resistiendo al agarre de Sebastian.-¡Le voy a enseñar a este niño lo que vale un peine!

Erika simplemente esta intentando arrojarle un jarrón con la mente.

- Erika-san, no le hagas daño por favor.- Digo y se detiene.

-¡Primo tienes mucha suerte de que ella este aquí!

- Joven Amo, si lo que le preocupa es la seguridad de la señorita, siempre puedo entrenarlas antes de partir.- Sebastian comenta y Ciel afloja la mirada. ¡¿Lo hemos conseguido?!

- Entrenareis con Sebastian durante el día de mañana. Si veo que sois lo suficiente para el trabajo os dejare que continuéis con el plan. Eso si, no os lo pondré nada fácil.- Dice marchándose a la habitación.- Ahora a dormir que mañana sera un largo día.

Me dirijo a nuestra habitación donde Ciel ya esta cambiado y dormido.

Cojo el pijama y me voy a la habitación continua a cambiarme.

Al terminar me tumbo en mi lado de la cama.- Ciel no se si me estas escuchando pero, entiendo que estés preocupado sin embargo, esta vez seré yo la que se haga cargo. Ya no tan solo por detener a ese impresentable sino por el simple hecho de que quitarte un problema de tus espaldas, por pequeño e insignificante que sea, me hace increíblemente feliz.

Me giro dándole la espalda con el propósito de dormirme, pero noto unos brazos rodeándome la cintura, por lo que me giro.

Ciel me esta abrazando.- No estoy preocupado por si lo lograras, sinceramente eso es lo que menos me preocupa. Lo mas inquietante es el hecho de que cuando te deje salir por esa puerta no tendré la total certeza de si volverás a salvo. Le abrazo. No se que responder a eso, por lo que simplemente le beso en la frente y le abrazo fuertemente.- Aunque no este por un tiempo, ten por sentado de que siempre volveré a ti, ya que tanto mi cuerpo como mi corazón te pertenecen. No dejare que nadie te haga daño.


Basto con soñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora