Capitulo XXI

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Narra Ciel:

Después de lo ocurrido decidimos marcharnos a casa, a pesar de que Alois quería pasar mas tiempo con Nike y Erika.

Subimos al carruaje.

Alois, Hannah y Claude nos dicen adiós con la mano desdé la distancia.

Nike les dice adiós por ultima vez, cosa que me de rabia, antes de girarse.

- Que bien volver a casa, al fin...- Dice la agresiva suspirando.

- Si, la verdad es que ha sido un fin de semana intenso, pero al final a resultado bien.- Dice Nike con una sonrisa.

- Y también sabemos, que las noches de luna de sangre, Nike tiene prohibido estar separada de nosotros.- Mi prima abraza a Nike.- No dejaremos que te pase nada.

Yo cruzo los brazos y apoyo mi cabeza en la ventana. Estoy irritable y enfadado.

Me duermo hasta que Nike me despierta.

- Ciel, es hora de bajar.- Dice sonriéndome.

Bajo del carruaje y ella me sigue.

- Señor, he de decirle que el señor Lau ha venido.- Dice Sebastian sonriendo.

Suspiro, el que faltaba para acabar de irritarme.

- ¿Quién es Lau?- Pregunta curiosa Nike.

- Es un conocido.- Digo antes de ir hacia la puerta, donde me lo encuentro.

- Buenas tardes, conde.- Dice feliz mientras que la mujer que siempre esta con el me muestra una carta, aparentemente de la reina.- Tenemos que hablar.

- Antes de todo.- Digo cogiendo de la mano a Nike.- Te presento a Nike, mi prometida, y a Hikari, su hermana. A mi prima Erika ya la conoces.

- Es un placer.- dicen Hikari y Nike a la vez.

- Yo me llamo Lau y ella es Ran-Mao. Un placer.- Dice Lau cogiendo la mano de Nike y besarla.

¡Se puede saber que se cree! Abro la puerta de la mansión.

- Adelante.- Digo seco.- Si tienes algo que decir, cuando antes mejor.

Lau asiente y nos dirigimos a mi despacho.

- Sebastian, prepara el te.- Digo entrando en el despacho y sentándome en la silla.

Al parecer Nike y las demás están descansando o en la biblioteca.

Lau me da la carta y la leo.

- Ya veo... Así que las cosas se han descontrolado por aquí mientras yo no estaba.- Digo un poco mas calmado.

Sebastian aparece y nos sirve el te.

- Si, y la reina quiere que lo resuelvas. Pero como no podía contactarte, a trabes de unos conocidos, la carta llego a mi.

- De acuerdo, yo me ocupo.- digo dando el ultimo sorbo de mi te y dando por finalizada la reunion.

- Mantenme al tanto.- Dice antes de marcharse junto a la chica.

Sebastian entra para avisarme de la cena.

- Señor, la cena esta preparada.

- No tengo hambre. Me voy a descansar.- Digo y el no me replica.

- De acuerdo, guardare su parte para mas tarde.- Dice y se marcha.

Hoy no tengo ganas de nada, sera mejor que me vaya a la cama.

Me dirijo a la habitación y abro la puerta.

Nike esta sentada en la cama mirándome fijamente.

Entro y cierro la puerta detrás de mi. La verdad es que no tengo ganas de esto. Pero... Me siento en la cama.

-¿Ciel, te pasa algo?- Dice Nike. ¿Se ha dado cuenta?

- Nada.- Digo seco.

- Esa no es la cara de alguien a quien no le pasa nada.- Dice seria.- Sabes que puedes decirme lo que sea.

- No es nada.- Digo girando la cara. No aguanto su mirada penetrante por mas tiempo.

- Ciel.- Dice cogiéndome la cara para que la mire.

Me sonrojo y alejo su mano.-¡Deja de preocuparte ya por mi!- Digo enfadado.-¡Vete con Alois o Lau ya que al parecer yo soy un niño malcriado!

Nike me mira impactada.- Ciel...

-¡Esta noche dormiré en otra habitación!

Voy en dirección a la puerta y cuando estoy a punto de abrirla... Nike la cierra con fuerza y apoya su cara en mi hombro.

- Si es por lo que dije durante la pelea...- Comienza a llorar.-¡Lo siento!¡Estaba confusa y no quería matar ni morir por lo que dije lo que hizo falta para lograr mi propósito!

Sus palabras hacen eco en mi. Soy tonto. Y por ello mi hombro esta lleno de lagrimas de la mujer que amo.- Tal vez... Si soy un niño malcriado... pero por tu amor.- Digo girándome hacia ella y acariciando su cabello.

Levanta su cabeza. Sus ojos hinchados de llorar hacen que quiera pegarme por idiota.

Limpio las ultimas lagrimas que quedan en su rostro. Ella coge mi mano y la besa.- Aquí la única que es una niña malcriada por tu amor. Soy yo.

La beso.- Vamos a la cama.

- Pero no llevo mi pijama.

Cojo dos de mis camisas largas y le extiendo una.- Ten y vamos a dormir ya, que no puedo mas.

Me giro y ella se cambia.

Me toca la espalda y me giro.- Creo que los ángeles buenos de verdad existen, pues veo uno delante mío ahora mismo.- Me doy cuenta que lo he dicho en voz alta y me giro para cambiarme.-¡Gírate!

Se gira y yo me cambio.

-¡Jeje! Ahora la que ve un ángel caido soy yo.- Dice guiñándome un ojo.

No se la suerte que llego a tener.


Basto con soñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora