Capitulo XVI

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Narra Hikari:

Estamos en el carruaje. Después de unos días de paz el conde enano, como no, nos tiene que llevar con el a una reunión en casa de otro conde al que ni siquiera conozco. Pero esta bien ya que ayudo a Erika.

Observo el paisaje hasta que alguien se digna a comenzar una conversación.- Hika-Chan, me acabo de dar cuenta de que resulta extraño que estés viviendo con nosotros ya que no tienes ninguna relación sanguina.

Me sorprendo, aunque tiene razón. En este mundo y época ese hecho resulta bastante extraño.-¿Qué propones?-No me gusta darle la vuelta a las cosas, por lo que esta bien si es por Nike.

-¿Quieres ser mi hermana mayor?-Todos se sorprenden para luego ponerse a reír.

-¡¿Se puede saber que hace tanta gracia?! ¡¿Es que acaso pensáis que no puedo ser una hermana mayor?!- Digo irritada.- Claro que quiero ser tu hermana, Nike.

- No es que pensemos que no serias buena hermana para Nike, es simplemente que la facilidad y la manera de Nike para decir cosas como esa me ha resultado gracioso.- Dice el enano chistoso.

- Además de que no entiendo como Nike-chan es capaz de pensar tan naturalmente en cosas que a mi no se me pasan ni por la cabeza.- Dice Erika pensativa.

- Estoy de acuerdo con la señorita Erika y el Joven amo. En todos mis años de demonio nunca había visto una humana capaz de pensar todos los escenarios posibles con tanta facilidad como Nike-chan, pero también debo admitir que tampoco había conocido nunca a alguien como tu.- Dice Sebastian mirándonos fijamente haciendo que me sonroje.

-No soy muy inteligente. Me limito a observar. Antes de Newton, millones de personas vieron caer la manzana del árbol, pero él fue el primero en preguntarse el porqué.- Dice y todos menos Nike y yo se quedan fascinados.

- Veo que os habéis dado cuenta de la habilidad especial de Nike.- Digo sonriendo por primera vez desde que empezó el viaje.- La verdad es que...

Sebastian me interrumpe.- Lamento interrumpirte Hikari, pero es que ya hemos llegado.- Baja del carro y nos ayuda a los demás.

El pequeño conde se me acerca.- Ya continuaremos esta conversación mas tarde.

Ya veo... Tienes curiosidad ¿Verdad?

Ciel esta a punto de responder cuando, de repente aparece un chico rubio que lo abraza tirándolo al suelo.

-¡Cieeel! ¡Tenia tantas ganas de verte!- Dice feliz el rubiales.

- Si, si... Pero Alois ¿Puedes salirte de encima?-Dice el enano irritado.

-Claro, claro, ya no queremos que tu prometida se ponga celosa.- Dice guiñándole un ojo y apartándose.- Por cierto... ¿Podrías presentármelos?

- Es que no puedes hacerlo tu...- Dice antes de darse por vencido.- Bueno, este es el conde Alois Trancy y ese mayordomo a su lado es Claude Faustus.

- Un placer, me encargare de ustedes el tiempo que se queden aquí.- Dice ese mayordomo, del cual no había notado presencia, mirándome fijamente.

- Mucho gusto.- Dice el conde rubiales haciendo una reverencia que todos devolvemos.

- Y ellos son...- Dice refiriéndose a nosotros por el orden en el que estamos.- Sebastian, mi mayordomo, al que ya conoces; Erika, mi prima, a la que ayudaste; Hikari, la hermana mayor de Nike; y Nike, mi prometida.- Dice cogiendo a Nike con una expresión de, como la toques te mato.

- Es un honor.- Decimos todos y así acaba la ronda de presentación.

- Bueno, ya casi es la hora de comer. Por lo que deberíamos pasar.- Dice el rubiales entrando a la mansión.

Me he dado cuenta de que ese mayordomo y Sebastian no paran de lanzarse miradas asesinas. Me pregunto si pasó algo entre los dos que los lleve a ese comportamiento.

Miro a mi alrededor y veo que Nike me esta esperando ya que me he quedado empanada. Entro ya que no quiero quedarme atrás.


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