Capitulo XXXI/I

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Narra Nike:

Al fin, después de unos días de no poder dormir en casa, despierto junto a Ciel en nuestra habitación. Tengo la sensación de que anoche ocurrió algo importante, sinceramente no recuerdo muy bien. Pero que mas da, hoy puedo ver la linda carita de Ciel dormido, si te sientes incomodo al despertar lo siento pero no puedo evitar mirarte.

Le abrazo.- Quiero estar así por siempre...

-¿Y por qué no?

Ciel abre los ojos y me mira todavía un poco dormido. Por mi parte, me sonrojo sutilmente. ¡Le daré una lección por hacerse el dormido!

-¿Quién haría tu trabajo, entonces?

-No te preocupes por eso y solo abrázame hasta que tus brazos duelan.- Dice como si fuera la obviedad mas grande del mundo.

-¿Como no quieres que me preocupe?- Digo fingiendo estar indignada.- Mantener mi estilo de vida cuesta dinero, sabes.

Ciel me mira entre sorprendido y enfadado.- ¡¿Así que solo me quieres por el dinero?!

-Sip.-digo con una sonrisa.

-¡¿Así que es eso?! Pasar tanto tiempo a solas con la señorita agresiva no te ha sentado bien.- Dice suspirando.

-¿Y que hago entonces? Me vuelto una bromista sarcástica.- Digo haciéndome la descerebrada.

-Sebastian se encargara de Hikari y yo me ocupare de tu rehabilitación.

Sera mejor que deje mi actuación por hoy, antes de que no haya marcha atrás. No quiero saber que le haría Sebastian a Hikari. 

-Tranquilo Ciel.- Digo abrazándolo.- Tan solo era una actuación para vengarme de acerté el dormido. No es menester llegar a tanto.

Ciel suspira aliviado. -¿Estas hablando en serio?

-No te dije,antes de partir, que no cambiaria por la mísera razón de tener a alguien a mi lado que tiene lo que a mi me falta.- Digo con una sonrisa.

Ciel se pone rojo como un tomate, y eso, me hace querer molestarlo un poquitín.

-Si, Aylin-san es tan genial ¿No crees?

Ciel se pone rojo de nuevo pero esta vez es de rabia. Se aparta de mi abrazo y se intenta levantar de la cama.

-Si tanto te gusta, abrázala a ella.- Dice frio como el hielo.

Me echo encima suyo, cayendo así los dos al suelo.

-Perdóname.- Digo abrazando su espalda ya que esta cara al suelo.- Puede ser que sea porqué no te he visto en unos días y quiero ver cada pequeña cosa de ti, pero me apetecía molestarte.

-¿Qué tiene de bueno hacerme enfadar?- Dice girándose hacia a mi. 

-¡Tu cara de enfado es tan linda! Pero no tanto como cuando estas sonrojado hasta las orejas, o cuando me regañas, o me mimas, o... ¡No se, tu cara lo vale da igual la situación!

Ciel se sonroja mas de lo que nunca antes lo había visto.

-¡Maldita sea Nike!- Dice tapándose la cara con las manos.-¿Tanto te gusta mi cara?

-No solo es tu cara.- Aparto sus manos y le doy un pequeño beso en la nariz.- Todo tu eres único y me encantas.-Me levanto de encima suyo y me dirijo hacia la salida.-Pero que no se te suba a la cabeza o te castigare.

Le guiño un ojo y me voy. Tiene que aprender que no siempre va a ser el que castigue aquí, pero claro esta los míos son mas psicológicos. En este caso se trata de confundirlo hasta el extremo de no saber que pensar y luego recompensarlo.

Voy a la habitación de Hikari y me encuentro con la habitación patas arriba y Hikari durmiendo junto a Sebastian.

Sebastian abre los ojos notando mi presencia y se apura a levantarse. Hikari también abre los ojos, pero todavía esta en le mundo de los sueños como para darse cuenta de algo.

-¿Qué ha pasado?- Esta es la primera vez que no se me ocurre una explicación razonable para una situación.

- Nike-chan.- Susurra Sebastian cerca de mi.- Dejémoslo en que son cuestiones de adultos. Ahora si me disculpa, ire a preparar el desayuno.

-Si, claro.- Digo con una sonrisa. Ya preguntare mas tarde que son esas "cuestiones de adultos".

El se marcha y yo me acerco a Hikari.

-Hika-chan, ya es hora de levantarse.

-Cinco minutos mas...

-De eso nada, hay que vestirse.- Digo haciéndole cosquillas en la cadera. Se que ese es su punto débil.

-¡Para Nike!- Dice riéndose como loca.- ¡Sabes que no puedo... con esto!

-Pues levántate y vistámonos.

En ese momento escucho a alguien que tose, por lo que me giro, y veo a cinco chicas vestidas de sirvientas que nos miran atentamente.

-Ves.- Digo a Hikari señalando a las chicas.- Aylin, Mire, Mara, Drean y Livi también nos esperan. ¿Verdad?

-Así es.

-De acuerdo, ya voy.- Dice irritada.- Pero puede que necesite ayuda para vestirme. ¡Tengo un sueño del diablo!

Las chicas pasan haciendo que me fije en su traje de sirvienta. Es un sencillo vestido largo negro de cuello y borde de las mangas blanco, con un delantal blanco atado a la cintura y al cuello. Y encima, un gorro de la misma tela y color del delantal cubre su melena. 

Como a podido Ciel encontrar el vestido menos favorecedor que he visto en mi vida.

-Chicas.- Mi seriedad es muy palpable en ese instante.- ¿Queréis que modifique vuestro uniforme?

-¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!- Dicen todas.- Esto sale completamente de nuestros gustos.

Su cara se ilumina, creo que a ellas les degusta tanto o mas que a mi.

-Tu te vistes antes que nada.-Dice Hikari lanzándome algo de ropa.- No me das la tabarra para luego ponerte a diseñar.

-Esta bien... Chicas, esperarme en la habitación continua a esta, ire para allá en un rato y solucionare eso.

Las chicas se marchan y nos vestimos. Hoy me he puesto un sencilla camisa blanca con volantes y un lazo rosa atado al cuello, un chaleco de botones azul zafiro don los bordes negros, una falda rosa que llega hasta mis rodillas, unos calcetines altos negros y unos zapatos azules. Hikari me ha hecho dos trenzas de espiga y las ha atado con dos lazos rosas.

Ella también se ha puesto cómoda, ya que simplemente lleva un vestido largo azul marino con volantes de distintas tonalidades de azul en la falda y unos zapatos de tacón azul marino. Se peina el cabello y decide dejarlo suelto.

Salimos de la habitación y yo busco todos los materiales que necesito para los vestidos de sirvienta.

Basto con soñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora