Viajando En El Tiempo

Un nuevo comienzo

Querría empezar con "Amor mío" pero no me permito caer tan bajo. Antes de nada voy a informaros de que si queréis viajar en el tiempo, no lo hagáis nunca con un Señor del Tiempo. Porque son lo más arrogante que veréis en vuestras vidas. Pero antes de nada os voy a poner al día.
El Doctor insistía en que me conocía de antes. Así que me puse a hacer memoria. Bueno. No realmente. Vio mis recuerdos y descubrió que nos habíamos conocido en el siglo XIX, que casualidad. Mi peor época. Mi peor amor. Malditos doctores y malditos detectives. Creo que debo aprender a apartarme de ellos o acabaré peor de lo que estoy.

Quería huir de mí pasado, sin embargo es lo que soy. Es por quién soy ahora. He llorado demasiado por demasiadas personas. Y sin embargo nadie ha llorado por mí.

La historia de mi vida comenzó con un giratiempo y continúa en una cabina azul de policía llamada TARDIS. El último doctor que conocí me odiaba (y era recíproco) y sin embargo este... No me odia. Dejémoslo en eso. El doctor es complicado. Y tiene más de dos mil años de experiencia en la vida. Él ha destruido y salvado más planetas de los que yo podría recordar. Y sin embargo aquí estamos. Yo, observándole moverse como si no existiera nada a su alrededor. Ningún suelo en el que se posen sus pies. Y a mí la cabeza me va a estallar. He recorrido el mundo y el tiempo. He visto morir a la gente que más admiraba. Y sin embargo es como si solo sintiera en el retroceso de un arma y no la bala que atraviesa la carne que se desangra y muere en el suelo, a mis pies. Y al mirar a los ojos del Doctor, sus infinitos ojos llenos de galaxias. Veo que lo único que he hecho ha sido llenar mi corazón de otro tipo de tristeza. Para no pensar en la que de verdad siento. Por eso necesito volver a ser yo. A sentir la magia de verdad en mis manos. Y enfrentarme a Sherlock Holmes cuando sepa quién soy en realidad. Cuando sepa que no voy a correr a sus brazos y dejarme llevar en un torrente de hormonas y lágrimas que no me merezco.

Por eso ahora el doctor me ofrece su mano. Por eso me voy con él. Ha encontrarme y a encontrar nuevas aventuras.