Capítulo 22.

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Pero Carolina se escapó, hacía afuera. Se levantó el albornoz, porque con él era un poco más difícil correr. Y salió de la casa. Agustín la persiguió, jugando, de nuevo, como dos niños. A buscarse, a encontrarse, a amarse. Le daba ventaja a Carolina, que se metió descalza en el próximo bosque. Él la alcanzó, rodeándola totalmente por la cintura.

-¡Te pillé pequeño monstruito!-la abrazó y le quitó el regalo, guardándoselo en el bolsillo de su albornoz. -mira dónde y de qué manera.

-Ya veo.-Carolina se giró y le rodeó el cuello a Agustín. Lo besó.-Supongo que tendré que esperar hasta la noche para que me des el regalito.-inclinó su cabeza. -¿una pista?-hizo un puchero.

-No, si no ya lo sabrás.- él cogió su cara por las mejillas, y le devolvió el beso, con lengua, tan profunda y excitante que hizo que Carolina anhelara la fuerza de su cuerpo, su abrazo, su todo. De repente la levantó.

-Al agua vas...-murmuró dejándola caer en el río. Carolina gritó.

-¡Agustín!-dijo apartándose el pelo chorreante de la cara y haciéndolo a un lado. Abriendo la boca, asombrada. -¡Agustín Bernasconi, vas a morir!-intentó salir del agua, pero el peso del albornoz hizo que perdiera el equilibrio y cayera de nuevo. -¡Ah! -gritó, histérica. Desabrochó el cinturón del albornoz y lo dejó caer sobre el césped. Agustín se quedó embobado, mirando su cuerpo desnudo, temblando del frío, húmedo. La lujuria creció en él. Vio como Carolina colocaba una de sus piernas en una piedra que se encontraba sobre el césped,para subir. Él se puso de cuclillas y le cogió el tobillo. Así, como una pierna en lo alto y otra reposando en el agua, tenia una visión perfecta...Ni montañas, ni mar, ni ríos, ni paisajes, ni mierdas. El sexo de Carolina era lo mejor que sus ojos podían ver. Carolina lo miró interrogativa.

-Quédate así, bonita...-se inclinó hacía delante y paseó sus labios por los vaginales de ella. Coloco su otra mano sobre la cintura de Carolina y la paseó. Sintió su piel de gallina.

-¿Tienes frío?

-¡Ohh,no!-dijo ella irónicamente. -Es que un idiota me tiró al río.

-Mmh...me pones cuando te enojas.

Ella se sonrojó.

-Tranquila, yo ahora te caliento.-recorrió su abdomen con su mano y besó su monte de Venus. Acarició sus pliegues con el dedo índice y paseó la lengua por su interior. Un suspiro se escapó de la boca de Carolina. Agarró el pelo de Agustín e hizo que este profundizara lo que hacía.

-Mmm...¡ah! más más. -gritó ella mientras hundía más el rostro de Agustín en su sexo. Él sonrió y apartó las manos de Carolina, aunque ella siguió con la misma posición. Y él siguió moviendo su boca...expertamente, sabia justo donde darle. Dejó caer su albornoz junto al empapado de Carolina y terminó por levantarse. Ella se quejó.

-Espera, tengo otra cosa para ti.-dijo. -y creo que prefieres esto.

Carolina asintió, mordiéndose el labio interior. Siempre sabía que decir para excitarla.

-Si no me equivoco, prometí cumplir una de tus fantasías.-besó su cuello, mordisqueándolo hasta el lóbulo de su oreja. -y una que deseabas, era que hiciéramos el amor en el exterior...aquí lo tienes.- hacia frío, mierda, muchísimo más que en Los Ángeles. Pero ellos no estaban pendientes de la temperatura, al menos no la del ambiente. Agustín se metió al río con ella.

-Mierda.-masculló. -Está helada.-dijo refiriéndose al agua.

-¿No me digas?-se burló Carolina.-no siento las piernas. -él volvió a besarla.

-No te preocupes,pronto dejarás de sentir el cuerpo.-la levantó por los muslos y salio del agua,con ella a cuestas. Buscó algún apoyo. Una piedra grande le sirvió para recostar a Carolina. Le abrió más las piernas y se colocó en su entrada. -¿Estás caliente para mí?-le preguntó un Agustín salvaje.

-Si...-le contestó Carolina alzando las caderas para invitar a Agustín. No hizo falta nada más. Una fuerte sacudida de caderas y se encontró dentro de ella. Movió las caderas en círculos, metiéndose aún más en su cuerpo. Observó la expresión de la cara de Carolina.

-Eres preciosa.-gimió. -Te amo,te amo Carolina Kopelioff.

-Yo a ti, Bernasconi, más...te amo mucho más.-se aferró a él y siguió al compás de las caderas de Agustín, para empezar a moverse coordinados. -cielos, esto es tan bueno.-jadeó viendo el punto de unión entre Agustín y ella.

-¿Te gusta lo que ves?-le murmuró al oído. -Obsérvalo...miralo mira como todo mi amigo entra en ti. -Carolina se arqueó al escuchar esas sucias palabras. Le gustaba, mierda, si que le gustaba que Agustín le hablara de ese modo. Se acercó a su cara. Le lamió la comisura de los labios, recorrió con los suyos la tensa mandíbula de Agustín, hasta llegar a la oreja.

-Sigue, sigue...-gimoteó, haciendo que el miembro de Agustín endureciera adentro suyo. -me gusta, me gusta mucho lo que haces...-hubo un cruce de miradas, mientras Agustín aumentaba el número de embestidas, rápido. Quería oírla gritar, quería que se corriera con fuerza, encima de esa maldita roca, alrededor de él. Quería que le entregara su alma, su corazón, su todo. Como él había hecho con ella.






🌈

¡Hola!❤

Nuevo capitulo🌚

Se acerca el final, y dejenme decirles que se vienen los problemas🙈

¡Disfruten,mientras estén bien Caro y Agus!😂 ahr que mala.

Aclaración: Carolina es de nacionalidad argentina, igualmente, Agustín es de Córdoba lo único que cambia es que ellos están viviendo en Los Ángeles (ficticiamente)

Un beso❤

-Noy🐷🌈

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