Protégeme

41. ¿Emma?

Valentina habla con Michael. Netan baja por un tobogán del parque. Ellos dos deciden algo. Michael está enamorado. Por primera vez, siente algo más que pura atracción sexual por una mujer. Valentina, ella es especial. Se lo pasa bien con ella, y parece no importarle que tenga un hijo de una mujer que prácticamente es desconocida... y ella, ella es una buena madre, una buena amiga... ríe, se emboba con esa risa, con esos labios, teñidos de un rosa pálido, esos ojos azules, maquillados con una fina línea negra que los hace resaltar aún más, y es preciosa... y mira por donde ella piensa lo mismo de él... un mexicano así, un mexicano tierno, que quiere más que nada a su hijo... de un pelo negro, unos ojos profundos, oscuro... porque, bendita seas Carolina en presentarnos. Ella desvía su mirada hacia Netan. El pequeño Michael 2. Él la mira a ella, sigue el punto de fuga de sus ojos y ve que observa enternecida a su pequeño.

—Es hermoso como tú —le sonríe. Michael se inclina y le da un suave beso en los labios. Con ternura, como nunca antes lo había hecho.

—En cambio, Emma se parece más a Carolina que a Agustín —le dijo él. —Nei, ven, ya es hora de marchar —el niño se acerca corriendo hasta su padre.

—¿Y Emma? ¿No estaba contigo? —Netan se encogió de hombros.

—Ella se fue a beber agua a la fuente —explicó el pequeño. Valentina se alteró.

—¿Emma? ¿¡Emma!? —la empezó a buscar. La luz del atardecer caía sobre sus pieles, haciendo que la tuvieran más anaranjadas. Los árboles de la primavera también tenían un color más cálido. ¿Y Emma? Emma no estaba. Los ojos de Valentina se llenaron de lágrimas, nerviosa, siguió buscándola. —Mierda, ¡Mierda! Eso me pasa por perderla de vista unos instantes... —empezó a llorar, cubriéndose los ojos con las manos. Michael la abrazó.

—Eh, no te preocupes, debe estar jugando en otra parte del parque.

—Emma no se va así como así de un sitio. No puede ser... le ha pasado algo —se enjuaga las lágrimas y sigue buscando. Michael la ayudó, pero todo el esfuerzo fue en vano. ¿Emma? ¿Dónde estás pequeña Emma?

[...]

El móvil de Carolina suena, vibra, encima de la mesita de noche. Agustín duerme, pero ella despierta. Tiene el sueño profundo, pero a la vez, la puede despertar cualquier sonido. Mira la pantalla.

—¿Qué pasa, Valu? —dijo con una sonrisa en la cara. La luna de miel iba de maravilla y hablar con su mejor amiga sólo hacia que se alegrara más.

—¿Cómo va todo? —su voz pareció temblar.

—Demasiado bien... aunque solo quedan dos días, la estamos pasando de maravilla. —Carolina se inclinó, en Argentina era de madrugada, se levantó de la cama y se dirigió al baño de la habitación. —¿Sucede algo? Estás rara...

—Pasó una cosa... —Valentina empezó a llorar.

—Val, no me asustes, mierda —Carolina cerró la puerta. Lo siguiente lo dijo susurrando.

—Lo siento, en verdad, lo siento... —sollozó su amiga.

—Valentina... —Carolina empezó a preocuparse. —¿Ha pasado algo con Emma?

—Ayer... —Valentina suspiró, intentando tranquilizarse. El corazón de Carolina golpeó con fuerza su pecho, sabiendo que estaba en lo cierto. —Fuimos al parque... la perdí... un momento de vista... no la encuentro, Carolina... fui a la policía de Los Ángeles, pero me han dicho que se tiene que esperar cuarenta y ocho horas para saber que es una desaparición y empezarla a buscar... —el corazón de Carolina palpitaba de manera irregular. La respiración no le salio. Las lágrimas se acumularon en sus ojos. Su niña. Su pequeña. Desaparecida. —¿Carolina? ¿Caro? Por favor, contéstame...

—Val... Valentina... —sollozó ella. —Has lo que puedas por favor... Agustín y yo nos tomamos el próximo vuelo hacia Los Ángeles —colgó. Ni ella misma sabia de donde había sacado la suficiente fuerza para que sus cuerdas vocales pudieran articular palabra. El corazón se le encogió. Se sentó en la cama y apretó el estómago. Sintió ganas de vomitar. Carolina empezó a llorar desconsoladamente. Agustín, medio dormido, se inclinó y le acarició el brazo.

—¿Qué pasa mi vida? —dijo frotándose los ojos.

—Agus... —sollozó Carolina, mientras las lágrimas rodaban por su rostro. —Oh Agustín —se giró y lo abrazó. —Nuestra pequeña...

—¿Qué ha pasado? —dijo Agustín alterado. Miró a Carolina asustado. —Mi amor ¿Qué mierda le pasó a Emma?

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🌴¡hola bebés!🌴

espero hayan tenido un lindo domingo, y feliz inicio de semana, éxitos en todo💚

💙las amo💙

—noy🍟