Emma abrió la puerta con puro sigilo. Intentó aguantar el llanto, pero no podía. Sollozó y fue a buscar a su padre. Le movió un poco el brazo. Un puchero automático se plasmó en su expresión.
— Papá... — dijo con voz temblorosa. Agustín dormía profundamente. Le dio la espalda, sin querer. Emma suspiró y cambio de lado. Se dirigió a la izquierda y repitió la acción.
— Mamá... — la garganta le escocía, y los ojitos se le llenaron de lágrimas. Carolina se sobresaltó. Encendió la lamparita de luz y tuvo compasión hacia Emma. Le acarició la mejilla.
— ¿Qué pasa, princesa? — dijo apenada. — estás ardiendo...
— Me duele la cabeza — le dijo la pequeña. Carolina se levantó de la cama y cogió a Emma en brazos. La paseó un poco, para que parara de llorar.
— ¿Qué te duele? — dijo Carolina mirándola.
— La cabeza... me siento mal mamá... — sollozó Em.
— Vamos a ver... — Carolina sacó el termómetro de uno de los cajones del tocador. Se lo colocó a Emma y le aguantó el brazo. — no lo muevas ¿eh? — le sonrió y besó su frente.
— ¿Mmmh? — Carolina se giró hacia Agustín, que se estaba despertando.
— Duerme, cariño — le dijo Carolina. — qué no te lo digo a ti — Agustín se incorporó más y observó el panorama.
— ¿Qué pasa? — dijo aún somnoliento.
— Emma tiene fiebre — dijo mirando el termómetro. — justo rozando los treinta y ocho coma cinco grados.
— Dios... — Agustín se levantó y se acercó a ambas. — ¿La llevamos a urgencias? — preguntó, mirando a Caro.
— No, tengo jarabe, hará que le baje la fiebre y pueda dormir. Pero mañana mejor no voy a la clínica y me quedo en casa con ella — Agustín asintió.
— ¿Necesitas algo, mi amor? — le preguntó a Caro, ladeando la cabeza.
— No, tranquila mi vida — desapareció con Emma hacia el piso de abajo, a buscar el jarabe.
Agustín, de nuevo, medio dormido, sintió como la cama se hundía por el lado izquierdo. Se incorporó. Emma quedaba entre él y Carolina.
— ¿Dormirá aquí?
— ¿Qué pasa? — dijo Carolina acariciándole el cabello a su pequeña, mientras ella cerraba los ojitos y cogía un trozo del camisón de su madre. Le gustaba tener algo fino entre las manos cuando se trataba de dormir. — no la voy a dejar en su cuarto, si se siente mejor junto a sus padres.
— Bueno... de acuerdo — Agustín se tiró un poco hacia la derecha, para que hubiera más espacio. — vaya nochecita nos espera... — Carolina sonrió. Agustín se inclinó para besarla y ella se retiró.
— Qué rápido olvidaste nuestra apuesta, cielo.
— Oh, jódete — se dijo a sí mismo. — encima la apuesta, ¿Sin besarse durante toda la semana? ¿En qué estaba pensando cuando te dije que sí?
— Mmmhh, puedes darme el beso y terminamos con esto ahora, pero espero que tengas una buena tanga de hombre... porque me deberás un striptease de los buenos y largos.
— ¿Perdón? — se rió él. — ¿Ya volvemos? Yo no pienso ponerme una tanga, bonita. Ve preparándote tú para pasarte por la tienda de lencería y doparte de prendas sexys.
— ¿A mí? En todo caso no me haría falta comprarme nada nuevo. Me basta y me sobra con mis estupendas prendas ¿O me dirás que no?
— Bueno sí — sonrió Agustín. — el caso es que ya la tengo todas vistas. — Carolina negó con la cabeza riendo y apagó la luz.
— Ten en cuenta que tu hija está entre nosotros.
— Lo sé — las palabras resonaban en la oscuridad.
— Cómo el chafes... — suspiró Carolina.
— No soy tan idiota — Carolina sonrió.
— Aveces tengo mis dudas — Agustín refunfuñó algo, pero Carolina haciéndose la dormida, no le contestó. Aveces parecían ellos los niños y no Emma.
[🌹]
Capítulo dedicado a; Aguslina_diamonds y -itslxrry😌💚
🍌¡Bananass!🍌
✨¿Cómo están?✨Espero que tengan un buen inicio de semana✨🍒
Las amo.💙
—noy💚💙
ESTÁS LEYENDO
Protégeme
FanfictionContenido explícito y lenguaje elevado, leer bajo responsabilidad propia. Esta historia contiene tres temporadas, todas llevadas acabo en esta misma obra. Deberás leer desde el principio para entender todo. Historia adaptada, todos los derechos rese...