34. Mejores amigos.

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Unas cuantas cervezas, algo de comedia y cachondeo, palabras de conexión, más conocimiento el uno del otro. Él, que se enamora de esos labios carnosos, esa esplendida sonrisa, ella, que navega en el mar de sus ojos. Agustín y Carolina que se divierten liando a los dos, ella a su mejor amiga, él a su mejor amigo.

—Me temo que Carolina tiene razón —dijo Valentina ya con algo de alcohol subido, las mejillas teñidas de un color rosado que la hacían más hermosa. Rubia de ojos azules... ¿existe algo más prefecto? pensó Michael. —Necesitas ayuda con tu hijo.

—¿Enserio? —se ofendió Michael en broma. —Entonces, ¿Por qué no me ayudas tú? —Valentina lo miró con los ojos entrecerrados. —Tienes razón. —ambos rieron.

—No, no, enserio.

—¿Qué sabrás tú de ser madre? —dijo Michael dando otro trago a su cerveza.

—Oye, perdona —Valentina se levantó. —Estuve tres años con un hombre divorciado que tenía tres niñas, ¡tres! Una recién nacida, otra de cinco años y otra de quince ¿Sabes lo que es eso? ¡Una tortura! Creo que sabría ayudarte con tu angelito de cuatro años —sonrió. —Se parece muchísimo a ti —se apresuró a corregir. —De cara eh. De carácter no creo que sea tan...

—¿Tan? —dijo Michael ladeando la cabeza, como símbolo cariñoso. Valentina se rindió ante el encanto mexicano.

—Tan, tan... —bufo. —Me sacas de quicio, no me mires así.

—¿Cómo? —Carolina y Agustín yacían callados en el otro sofá. Mirando la escena. —¿Cómo, así? —Michael tiró de su brazo, haciendo que se bajase. Quedaron a centímetros uno del otro. Él se perdió en sus ojos mirando los destellos azulados que tenían aquel azul precioso, parecido al cesto del paraíso. —Si tuviéramos un hijo, sería hermoso —Valentina estalló en risas. Entre el alcohol y lo que acababa de decir Michael, le agarró un ataque de risa. —Enserio —dijo Michael sin aguantarse la risa, él tampoco. El sonido de las carcajadas de Valentina era contagioso. —Nena, no rías.

—Es que... —rió y rió. —Dios, eres tonto Michael. —rió más, más... intentando saciar. —Te quiero. —dijo ahora seria. Volvió a sonreír. Mike negó con la cabeza. Miró a Carolina y a Agustín que se sonreían. —Mejor me la llevo a casa. El alcohol está haciendo sus efectos en ella.

—A ver qué hacemos... —dijo Carolina mirándolo mal.

—No te preocupes. Me encanta el sexo con chicas. Más si son como Valentina. —dijo mirándola, ahora ella se había sentado en el sofá y volvía a reír. —Pero no abuso de borrachas. Si le tengo que hacer algo, se lo haré pasado mañana, cuando se le haya pasado la tontería y pueda recordar todo lo que le espera... —sonrió pícaramente y agarró a Valentina por la cintura.

—¡Sueltame! —rió ella. —Michael eres hombre muerto. —salieron de la casa Bernasconi, junto con Netan. Como dos enamorados, a pesar de que se acababan de conocer.

—¡ADIÓS AMIGOS! —se escuchó la voz de ambos desde afuera.

[...]

Carolina entró a escondidas a la habitación. Agustín estaba trabajando y Emma ya estaba mejor, entonces la había llevando al jardín de niños. ¿Y ella? Ella ya había plegado la clínica. Tenía tensión, tensión sexual. Buscó entre la ropa de Agustín y ahí lo encontró. Su estimado chisme rosa, con el que tanto había jugado, sola o con Agustín. Se deshizo de la chaqueta y se arremangó la falda. Sí, tensión, mucha tensión. Y como no había nadie... Rió para si misma e hizo deslizar las bragas por las piernas.

—No sabes lo bueno que seria verte masturbar, pero perderás la apuesta, nena... —Carolina se sobresaltó. Miró a su alrededor.

—¿Agustín? —preguntó. ¿Podría ser que la falta de sexo la estuviera volviendo loca? Agustín no estaba allí. —¿Agustín?

—Arriba, cariño. —Carolina alzó la vista, mientras dejaba ir el vibrador, haciéndolo votar en la cama. Vio una cámara.

—No me lo creo —Carolina empezó a reír. —¡No me lo creo! Bernasconi, ¿qué has hecho? —se subió en una silla, para estar a la altura de la cámara.

—Debía vigilarte, ¿no? —él sonrió acomodándose en la silla de su despacho, aunque ella no lo pudiera ver. Su voz sonaba sexy a través del aparato.

—Agustín... —sollozó Carolina, tentándole. Era hora de devolverle la jugada. —Estoy caliente, muy caliente. —susurró.

—Nena... —suspiró él.

—Me da igual la apuesta... —dijo haciendo puchero, como una niña pequeña. —estoy mojada, y no aguanto más... —sintió un bufido de Agustín. Ella se mordió el labio. Él no dejaba de observar la pantalla de su ordenador. —Quiero que me...

—Espérame —dijo Agustín. —Ahora voy mi amor, ahora voy...

—Por favor... —musitó ella.

—Me pones tan duro...

—Quiero sentir ya esa dureza...

—En cinco minutos, pequeña. —la cámara hizo un parpadeo, conforme se había perdido la conexión. Carolina na se bajó de la silla y sonrió.

—Ay mi vida... —sonrió. —A veces tan inocente.








[🎡]

♡¡Personas guapas!♡
(ahre la Paula Gonu me decían😂]

comenta si sabes quien es Paula Gonu💚

🍌¿Cómo están?🍌

Jmm... Michaentina😏
Y luego Aguslina😏😌

🎰¿Quien ganará la apuesta?🎰
dejenme saber en los comentarios, saben que AMO leerlos😌💚

✨Un beso, y feliz martes para todos✨

te amo banana😉🍌💚

noy💚

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