11. Detrάs de los vidrios.

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Agustín colocó su mano en la plataforma táctil. Un láser analizó sus huellas.

—Buenos días, agente Bernasconi.—dijo una voz monótona y robótica. Las puertas corredizas se abrieron, Agustín pasó junto a Carolina.

—Cuánta tecnología.—dijo Carolina, aún viendo la máquina que le había dado los buenos días a Agustín. Él rió.

—Y este es...mi pequeño...despacho.

—¿Pequeño?—Dijo Carolina observándolo todo. Estaba bien ordenado, sobre todo. Había un gran escritorio. Un gran ordenador, táctil. Algunos muebles. Las paredes del fondo, eran de un carmín suave. —¿Rosa para las paredes?—dijo ella acercándose a Agustín. Él la abrazó, rodeando su espalda con uno de sus brazos. —que hombre más original.—sonrió.

—Así soy yo. Y así me quieres.

—Muy cierto.—buscó su boca y lo besó. Las paredes que daban al alborotado pasillo de antes, eran de un transparente oscuro. Incluidas las puertas. Pero cuando entraron, Agustín y ella, Carolina se había fijado, y no se podía ver el interior del despacho.

—¿Son vidrios tintados?

—Ajá. Además de que cuestan mucho de romper.

—Fascinante. —sonrió ella. —si lo has diseñado tú, he tenido la suerte de encontrar a un hombre muy listo...

—¿Hasta ahora te das cuenta?—rió Agustín. La levantó y la cargó, dejándola sentada en la mesa del despacho. Carolina se dio cuenta de que Agustín tenia fichas personales esparcidas por todo lado.

—¿Quiénes son?—dijo ella, ojeando algunas.

—Casos. Víctimas, muertos o desaparecidos. Mis próximas misiones...—suspiró.

—¿Mucho trabajo?

—Bastante.

—¿No podría ayudarte?

—Ojalá—dijo él metiéndose entremedio de sus piernas. Las acarició. —sé como puedes ayudarme...a que se me quite el estrés. 

—¿Ah si?—dijo ella juguetona. —¿Cómo?

—Mmh...este es un perfecto sitio...¿no crees? Único. Los ves, pero ellos a ti no. Piensan que estoy trabajando pero...no sabrán nunca lo que pasa aquí dentro...—le susurró al oído. —y esta sala está insonorizada.—tumbó a Carolina en el escritorio, sin preocuparse de la tinta corrida y de los folios arrugados. Más se iba a correr él. La penetró de nuevo, fuerte. Carolina se arqueó, con una respiración agitada.

—¡Grita!—le dijo Agustín, entrando en pleno placer, y se hundió más en ella. Ella jadeo. Parecía !mentira todo lo que disfrutaba con aquel hombre. Giró la cabeza. Y pudo ver a toda aquella gente, arriba, abajo, intercambiando papeles, información, riendo o hablando. Y ellos ahí adentro, haciendo el amor. Agustín la levantó y la puso contra el vidrio, de forma que sus pechos lo tocaban haciendo contacto con el frío cristal. Una secretaria paró justo “en frente” de ella por así decirlo, Carolina sintió que si no fuera por aquel vidrio tintado, juraría que aquella le estaba mirando sus pechos.

—¿Te excita?—dijo Agustín, apartándose el sudor de la frente, y moviéndose dentro de ella. —¿Te gusta ver a toda esa gente allí? ¿Y que yo esté follandote, aquí?

—Sí...—jadeo ella. —Dios, sigue, esto es buenisimo...—Agustín la tomó por las caderas y la penetró intensamente. Carolina arqueo su espalda, y lo primeros espasmos de placer colapsaron su cuerpo, su mente, su todo. Agustín terminó por acompañarla, en uno de sus culminantes orgasmos compartidos. Se quedó así, quieto, sin salir de dentro de ella. Con los ojos nublados, entrecerrados, con el calor abrumandole el cuerpo. Con los pantalones bajados, y ella, con la falda subida. Hasta por debajo del pecho. Los dos estallaron en risas. Esa situación era graciosa. Carolina se incorporó, subiendo los bóxers de Agustín, y luego los pantalones. Y él, la ayudó a subirse las bragas, las medias, y a colocarse bien la mini falda.

—Esto ha sido...corto...pero intenso.—dijo Carolina relamiéndose.

—Me gusta. Me gustan todos nuestros polvos.—sonrió Agustín. — por cierto, esta noche tocan tus padres.

—Sí...—suspiró Carolina. —parece mentira que solo quede un mes para la boda.—se alegró, pero Agustín se dio cuenta del cambio de tema.

—Carolina.—la miró serio.

—¿Si?

—¿Quieres que hablemos de algo?—dijo él acariciando su rodilla. —¿Concretamente, de tu familia...?

—Eh...no...da igual.—sonrió. —ningún problema, enserio.—cogió su bolso. —oye,¿me acompañas a la salida? Le dije a Mónica que viniera a las once porque tenia que hacer unos recados.—sonrió. —esos recados han terminado...y muy bien. Y son las once y quince. La pobre ya me estará esperando para que abra la clínica. —Agustín asintió. Pero aún así, no se quitaba la duda de la cabeza ¿Por qué mierda Carolina, siempre evitaba el tema de la familia?

[🌹]

su capítulo hot bien merecido.🌚

🍌¿Cómo están bananas?🍌

Espero que hayan tenido un feliz sábado y para que sea aún mejor les dejo esto que twitteo Agus;

Espero que hayan tenido un feliz sábado y para que sea aún mejor les dejo esto que twitteo Agus;

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Kopelioff te llaman🌚

¿Para quién creen que sea? ¿O es que Agustín se fue de joda, se embriago y twitteo esto? Ahre la FBI me dicen😂

¿Para quién creen que sea? ¿O es que Agustín se fue de joda, se embriago y twitteo esto? Ahre la FBI me dicen😂

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Las amo💕

Noy🏰

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