Mia Jenner II ➸ J.b

«42.

—Mia..

Estoy tirada en el suelo, totalmente bloqueada y sin saber que hacer y entonces llega él a confundirme más, a dejarme sin palabras y hacerme fingir que no me importa su presencia cuando la verdad es que me encantó que este aquí.

—Estoy hablando contigo. —Justin se colocó de cuclillas frente a mí.

Su ceño se frunció cuando no articulé respuesta. —Nena, ¿Te sientes bien?

Tragué saliva mientras sorbía por mi nariz. —No me llames nena, Justin.

Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro del chico.

—Entonces, ¿como debo llamarte? —cuestionó alzando su ceja burlón. —¿Shawty? ¿Esposa?

Interrumpí sus preguntas sin sentido con un bufido.

—Debes llamarme Mia, porque ese es mi maldito nombre, Mia.

—Te estaba llamando y no respondías.

Luego de no responderle, Justin se acomodo mejor en el suelo apoyando sus palmas a cada lado de su cuerpo y alzando levemente las rodillas.

—No me gusta el nombre de Mia, es muy común. —Todos te llaman Mia, Mia y Mia.

Lo mire detenidamente por unos segundos. —¿Se puede saber que mierdas haces aquí?

—¿y qué si mi maldito nombre es común?, ¿como mierdas no va a ser común? lo vives gimiendo día y noche.

Estalló en una carcajada, no es para nada gracioso. Pensé que vendría a hacer algo productivo y terminó por colaborar con la destrucción de mi maldita existencia.

—Ya, Shawty. —¿Por qué estabas llorando?

Limpié mi rostro mientras me colocaba de pie con ayuda de la pared. Justin no quita su vista de mí, extendió su mano para que lo ayudará a ponerse en pies. Lo pensé por algunos segundos y luego tomé su mano tirando de ella, Justin se coloco de pie y nuestras narices rozaron.

Me separé de él de inmediato, la pared impedía que me moviera mucho más, Justin aprovechó su ventaja y aplastó aún más su cuerpo contra el mío.

—Justin. —miré hacia otro lado, evitando contacto con sus ojos. —Vamos Drew, no estoy de humor.

—No. —agregó Justin con una pequeña sonrisa. —Me dirás por qué estabas llorando o no te dejaré ir.

—¡Pensé que habías dicho que no me conocías! —pataleé como una niña pequeña.

Su risa ronca recorrió todo mi cuerpo. —Mia estas llorando, me vale un carajo lo que dije.

—Si, esta bien. Estuve llorando, ya que lo admití ¿puedes irte?

Su rostro se acerca peligrosamente al mío, cambió de dirección y susurró en mi oído. —¿Por que te molesta tanto mi presencia?

Entonces guarde silencio, el chico me miró con atención y asintió. —Sabes que no podemos ocultar lo que el corazón quiere. Tampoco ignorar lo que Dios tiene preparado para nosotros, por más que lo intentes Mia.

Suspiré mientras apreté mis ojos. Sentí sus dedos acariciado mis mejillas. Si continúa haciendo esa mierda juro que voy a llorar. No estoy en condiciones para soportar su mierda y me voy a odiar más si caigo de nuevo.

—Justin, ¿Que quieres de mí? —cuestione en un hilo de voz.

Alzó mi barbilla para que mirara sus ojos. —¿Quién te hizo esto? ¿quién es el responsable?