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[ TRES DIAS DESPUES ]

• Aeropuerto Internacional de Los Ángeles

La parte de abajo se volvió tan común para mi que es difícil adaptarme a la de arriba, ya ni siquiera recuerdo donde queda la zona de regalos, donde se recoge mi maleta e incluso, olvide dónde queda la cafetería.

Pero es parte de ser famoso, debes olvidar ciertos ámbitos y aprender a vivir como una cosa extraña a la que todos tienen que fotografiar, criticar y admirar. Me pregunto cómo sería tener una vida adolescente normal, por algunos minutos. Salir al cine, escaparte a una fiesta, ir al campo, ir al lago con los amigos, a la playa. Y todo eso, sin celulares, cámaras o personas gritando tu nombre y maldiciendo al mismo tiempo.

A veces me recrimino y digo. —eres muy malagradecida con todo lo que tienes.— es que no puedo evitar pensar en cómo serían las cosas.

Considero que no todos nos toca vivir el mismo estilo de vida. Dios nos pone diferentes retos y aunque las personas suelen decir que tenemos la vida más fácil no es así. Yo digo que no es así, todos necesitamos privacidad en cierto momento y no solo el derecho sino el deber, de cometer por lo menos un error en nuestras vidas.

Justin tomó mi cintura guiándome hasta las escaleras del Jet.

Una vez dentro tomó asiento en el sillón del frente mientras que yo me acomode en el sofá.

—¿Nerviosa?

Lo miré con mi ceja alzada.  —¿Yo nerviosa? para nada.

Luego de algunos segundos en silencio suspiré. —¿Tanto se nota? 

Soltó una pequeña carcajada mientras giraba su asiento para quedar frente a mi.

—Un poco, incluso Elvis Presley sabe que estas un poco muy nerviosa.

Miré hacia arriba, efectivamente ahí esta el cuadro de Elvis Presley.

Voltee mi vista con mi ceño fruncido. —¿Por qué mierdas tienes un cuadro de Elvis Presley?

—Mia, no me cambies la conversación.

—No me digas. —me crucé de brazos. —Tu igual la cambiaste.

Aquel bufo. —Solo responde.

Me encogí de hombros. —¿Para qué quieres saber si estoy nerviosa?

Hizo una pequeña mueca. —No lo sé, ¿no es raro para ti conocer a mi madre después que terminamos?

—Dime tú.—Me invitaste por algo. ¿No es así?

Aquél asintió. Para mi es incómodo por supuesto y el silencio lo hace aun mas incomodo. Yo solo me acomode en el sofá para mirar por la ventana, solo nubes y mas nubes.

—Lo siento, no quise incomodarte.

—Kendall me dijo que te dijera que, no quiere que follemos.

Justin estalló en una carcajada, yo hice una mueca para no hacer lo mismo.—Ya lo se, esta como loca últimamente.

No quiero que crea que es una broma. En realidad Kendall solo dijo que mejor usemos condón, pero yo no quiero atentar contra la relación de Neels.

—Dame tu teléfono.

Fruncí mi ceño cuando extendió su mano hacia mi.

—¿Que? ¿Para que quieres mi teléfono?

Asintió. —Para algo. —Ven, dámelo

Sigue de insistente. No me queda de otra que dárselo para ver si me deja dormir en paz.

Mia Jenner II ➸ J.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora