Un peleador roto (TERMINADA) #1 / TEMPEST #2 (SIN TERMINAR)

Esas palabras. Capitulo 25

Tuve que publicarlo hoy porque ni viernes ni sábado estaré.

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Así que... El quiere jugar sucio. Ni en un caso desesperado haría algo como esto pero West en clase a parte. Esto tenía que funcionar. Llego hasta su cuello y paso solo un poco mi lengua, lo suficiente para que se paralice. Se detiene en seco. Su agarre pierde fuerza. Me voy hasta su rostro y muerdo el lóbulo de su oreja. Mi cuerpo empieza a sentir punzadas repentinamente, West disminuye el agarre y logro soltar sus manos de las mías. Su rostro me expresa que lo agarre con la guardia baje. ―Después de todo... ―me grabo sus palabras―. Eres hombre.  ―dije dándole un pellizco en un lugar que nunca olvidaría. Su tetilla.

West gimió. ―Prefiero que me hayas dado en la tetilla que en mis partes, pero duele como la mierda.

Recogí mi toalla de un manotazo, la envolví en mi cuerpo y me fui del baño. Excelente, iba a bañarme porque quería despejar mi mente y resulta que lo que me encuentro es a la parte trasera de West, me resbalo para terminar poniendo mis senos en su pecho. Esto tiene que ser un chiste.

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A la hora de que paso el accidente, volví a ir al baño y este se encontraba ya despejado de posibles intrusos. Cerré la puerta con seguro, me asegure de que estuviese cerrada y ahora si me despoje de todo mi ropa. Me metí a la ducha y empecé a enjuagarme el cabello

―Samantha. ―escucho la voz de West al otro lado de la puerta.

Ya estaba jurando que estaría dormido. ―¿Qué?

―¿Te gusta madrugar? ―me pregunta. Lo escucho recostarse de la puerta.

―No. No me gusta.

―Lamento decirte que toca trotar mañana a las 6am. ―me respondas.

―Tienes que estar de chiste, West.

―Lo estoy diciendo muy en serio. ―dice―. Si tanto quieres ganar esto, debes estar lo más en forma posible y resulta ser que las madrugadas para ejercicios son perfectas.

Que excelente ducha. Tener que escuchar que tengo que levantarme a las 6am. ―Como sea. ―digo y me envuelvo en la toalla cuando cierro la ducha―. Quiero una ducha en paz, gracias.

―Buenas noches. ―escucho que se despide a lo lejos.

Después de la ducha me asomo por un espacio pequeño de la puerta, y no esta en mi vista. Regreso al cuarto donde dormiré los próximos dos días, revise mi teléfono y tenía dos llamadas perdidas de mi mama. Le devolví la llamada y respondió a los segundos.

―Ya decía yo si te habías olvidado que tienes madre. ―me dice.

―Mama. ―le respondo imaginando su cara de estrés―. Sabes que todos los días ando ocupada.

La escucho resoplar. ―9 meses en la barriga, soportando aquellas patadas tan dolorosas y así es como le pagan a uno. ―me responde adoptando un tono de voz dramático.

―Me harás llorar con esas declaraciones.

―Estaría feliz de que lloraras, llevas tiempo sin hacerlo. ―la escucho resoplar otra vez―. A veces me pregunto si eres un ser humano.

―Oh vaya, gracias mama. ―pongo los ojos en blanco―. Los extraterrestres como yo no sentimos esas cosas.

Ella ríe. ―Sabes que te amo, mi pequeña.

―También te amo.

―¿Que haces en estos momentos? ―pregunta.

Me muerdo el labio. ―Recuerdas a ese chico West, ¿el de las entradas?