Stup!d Prøject

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- Taehyung... Quiero hablar contigo.

- Oh! Una sudadera, muchas gracias Jungkookie, de verdad que me moría de frio.

- N-No es nada.

- ¿Me la pones? Creo que me he quedado tieso.

Jungkook llegó corriendo al parque de enfrente con una sudadera en la mano para su chico.

Taehyung tenía sus labios rojos y cómo no, si estaba el cielo nublado y corría mucho viento frío.

- Vale, ven aquí.

Le colocó la sudadera y Jungkook nunca se imaginó lo que pasaría.

Al descubrir su rostro, Taehyung posó sus labios en la boca ajena, robando un beso y riendo entre dientes, tan tierno, con mejillas rojizas.

- Siempre quise hacer eso.

Se encogió de hombros y abrazó al menor.

Estaba muy cariñoso y eso ponía peor a Jungkook.

- Tae...

- Vamos a casa o los bebés serán cubitos de hielo tiernos.

Rió tomando la mano de su novio y con la otra tomó la carreola.

- Oye Tae...

- Se hace tarde y será nuestro último día con los nenes, hay que aprovecharlos al máximo.

- Taehyung...

- Después vivirás conmigo y seremos felices, te haré de comer y podremos estar más tiempo juntos sin tantas responsabilidades, luego podrás tomar una ducha, aún así no dejaré que me veas desnudo, dame tiempo, pienso tener muchas citas contigo para irnos acercando más y eso, debo saber bien muchas cosas tuyas y tú debes saber muchas mías, como también de mi familia, por ejemplo que mis padres murieron y eso... Pero después te lo diré completo... Por ahora hay que llegar a casa y mañana...

- Mañana volveré a casa Taehyung.

Antes de que abriera la puerta de la casa, Jungkook soltó esas palabras en casi un grito.

- He, pero claro, pues también es tu casa, ya lo sé.

La risilla que había soltado Kim no era muy feliz que digamos y es que comenzaba a sentir algo atorado en su garganta.

- No Taehyung, volveré con mi madre, a mi casa, a la casa Jeon, sólo de Jeon.

Ya, no tenía por qué decir tales palabras pues era más que obvio que se estaba despidiendo de Taehyung por completo.

- A casa Jeon, si...

Dijo algo incómodo y en un hilo de voz, su garganta dolía más, quería gritar, sus ojos picaban.

A caso... ¿Hay algo malo conmigo? O es que ¿Pensaba en terminar con todo esto cuando el proyecto acabase?

- Tae...

El mayor se giró y abrió la puerta, entrando de prisa con los niños en la carreola, los sacó de ahí y se dirigió a la habitación para cambiarlos con sus pijamas.

- Hay comida en el refrigerador por si gustas cenar, yo... Ya arreglé todo par que duerman los niños, como están cansados no darán lata.

Los acostó ya semidormidos en la cama y su voz se volvía más rota.

- Kim...

- Dile a tu hermana que puede dormir con nos- contigo, ví que seguía en la televisión, puede ponerse el pijama que quiera.

- Oye Kim...

Jungkook fallaba cada vez que quería llamar su atención.

Vió que el mayor sacó una chamarra grande de él que usó el día anterior y se la colocó encima.

- ¿Puedes dejarme ésta? ¿Por favor?

Sus ojos cristalinos observaron al menor con rostro preocupado y asintió aún sin saber qué pasaba.

Después sólo pasó de largo y Jungkook fue detrás de él.

- Oye Taehyung.

- Meg, buenas noches, cuídate y... Sonríe mucho, ojalá nos vuelvamos a ver, me caiste bien.

Dió un beso en la frente de la niña y está se quedó confundida y un poco preocupada por el semblante del mayor.

- ¿A donde vas?

Preguntó el azabache viendolo salir por la puerta.

Él solo sonrió con las primeras lágrimas cayendo y cerró la puerta detrás de él.

- ¡Taehyung!

Corrió la puerta y notó que le había puesto el seguro desde afuera.

- Joder ¡Taehyung! ¡Taehyung!

Gritó desde la ventana, pudo haber salido de ahí, si ésta no tuviera barrotes.

- ¡Nos vemos en clase! Gritó parando un taxi.

- ¡Kim vuelve! ¡Oye! ¿Que mierda?

Esto último lo susurró melancólico, su hermana lo veía con preocupación y fue hacia él.

- ¿Que ha pasado?

Preguntó Meg angustiada.

- La cagué Meg.

Mientras un Taehyung dentro del taxi, daba la dirección con miedo, no quería escuchar más las palabras de Jungkook.

Estaba llorando y se hizo pequeño para que el taxista no lo viera.

- Sólo tenías que decir se acabó y ya.

Su cuerpo temblaba y se hundió en la chamarra de su novio.

Olfateando cada parte de ésta.

- No me alejes de esa forma, solo dime ¿Que he hecho mal?