Dorchadas Álainn ||H.S|| a.u (Wattys 2019)

XVI- Confianza.

~ "Hoy va a ser el día que ellos van a recordarte lo qué pasó, a estas alturas ya deberías, de alguna forma, haberte dado cuenta de lo que tienes que hacer."~ Wonderwall - Oasis.

-Ciara.- La anciana llamó mi atención. -¿Puedes bajar?- 

Bajé las escaleras mirándome los pies, tratando de ignorar los cuadros donde salían tiempos felices de la familia. De solo pensar en ellos la temperatura de toda la casa descendía drásticamente. Neoma me esperaba en el living con su rostro lleno de rabia. Venía algo malo, la mirada de la anciana lo decía. No dijo nada, solamente señaló la puerta y desapareció. Me acerqué a la puerta y la abrí con un mal presentimiento. 

-Zayn.- Me esforcé en sonar neutral.

-Sé que es un poco tarde... Pero quería darte el pésame.- El morocho bajó la cabeza.

-Zayn...- La brisa se volvió gélida, sabía lo que se aproximaba.- Gracias.- Bloquee todos mis sentimientos aterrada, no quería lastimarlo.

-¿Sigues enojada?- Preguntó levantando la cabeza y juntando las cejas.

-¿Por qué debería estarlo? Los dos terminamos con esta relación, Zayn. No hay motivos.- Mi voz salía con una frialdad sorprendente.

-Ciara tú no eras así, ¿Sucede algo?- Zayn dio un paso, acercándose. 

-La gente cambia.- Mi auto control no duraría mucho. 

-Ciara...- Otro paso más cerca.

-Es mejor que te vayas.- Lo interrumpí.- Por mi bien y por el tuyo.-

-Okey, tú sabes donde buscarme. Si algún día me necesitas o... Solo quieres hablar, sabes donde estoy.- Retrocedió decidido a irse. 

Zayn no es de los chicos que ruegan y se hacen rogar, era simple y en este momento lo agradecía. No era fácil decirle al chico por el que sentía algo que se fuera, no solo de la puerta de mi casa, si no, también de mi vida. Según Neoma eso era lo correcto ya que mis emociones eran los controles de mi nuevo don y era mi responsabilidad mantenerlas a raya.

-Nos vemos.- Se despidió con una pequeña sonrisa y sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

-Adiós.- Mi voz se quebró al saber que era un adiós definitivo y las tinieblas se abalanzaron sobre mí.

Enterré los pies en el arena sin sacar la vista del horizonte. El recuerdo de mi despedida de Zayn me hizo recordar todo lo que estaba haciendo mal. Mi frustración estaba tiñendo la arena de ese tono tan característico pero no podía controlarla. Había sido tan mala, había destruido el cariño de todos los que me rodeaban y le había quitado la vida a personas a las cuales no les conocía ni el nombre. ¿Qué había cambiado hasta ahora? Seguía teniendo ese semblante de hielo y destruyendo cualquier sentimiento bueno que tenían hacia mí, seguía quitando vidas. Quería parar, ya no quería ser un títere de la cruel oscuridad. Ya había lastimado a demasiadas personas, había destruido demasiadas vidas y sabía que, de una forma u otra, Harry terminaría roto también. No quería eso para él pero algo lo retenía a mi lado. Algo dentro de mí no quería soltarlo y me asustaba. 

-¿Ciara?- Preguntó Harry.

-Mhm.- Lo miré.

-¿Estás mejor?- Se sentó a mi lado.

Asentí con la cabeza y le sonreí. -Gracias por eso.- 

-No fue nada... Creo.- Miró sus pies con una gran sonrisa.