XIX- Ni un adiós ni un hasta pronto.

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~"Siento que hay algo en el viento, eso se siente como una tragedia entre manos y me gustaría estar a su lado. Pero no puedo desprender este sentimiento que tengo y lo peor está a la vuelta de la esquina. ¿Y él notará mis sentimientos por él? ¿Y él podrá ver lo mucho que significa para mí? Pienso que no puede ser..."- Sally's song- El extraño mundo de Jack. ~

La luz que entraba por la ventana hizo que abriera los ojos. Mi vista vagó por la habitación, perdiéndose. Podía sentir la respiración de Harry que todavía dormía, abrazándome como lo hacía anoche. Estaba sorprendida por su entereza, cualquier persona hubiese enloquecido el primer día y no lo hubiese soportado. Él seguía aquí, abrazándome como si todo fuera normal. Este chico me resultaba todo un misterio, el cual, gran parte de mi ansiaba resolverlo. Mi vista respecto a él había cambiado drásticamente durante esta semana. Al principio, podría haber jurado que era uno de esos chicos superficiales, a los cuales les importa el dinero, las mujeres y conservarse jóvenes y bellos. La primera vez que lo tuve enfrente sus fotos no cuadraban con mi prejuicio hacia él. Había algo en esas imágenes que transmitían lo que realmente veo hoy, aquello que su caparazón de don Juan no dejaba ver. Fui tan ciega, yo que me creía observadora y conocedora de cómo son y cómo funcionan las personas, no había podido ver ni un fragmento de lo que era. Quizás era tomar un poco de mi propia medicina. Tuvo que pasar una semana para darme cuenta que me había equivocado, desde el momento en que me enojé con él por haberme sacado una foto hasta este instante en el que no paraba de ponerlo en peligro. Había descubierto una persona tan real, con un corazón comprensivo y una calidez extraña para mí. ¿Cómo existía alguien capaz de lastimarlo? Todo lo que me había demostrado había sido tan bueno aún siendo prácticamente una desconocida para él. Tal vez, en el pasado no había sido tan bueno pero lo dudaba. Nadie se vuelve bueno luego de que le suceda algo malo, para todos siempre es al revés. Nadie nace malo, uno se vuelve malo en el camino.

Lo miré, sus ojos seguían cerrados y su boca ligeramente abierta. Su cabello, ¿Era tan suave como se veía? Llevé una mano hacia sus rizos para acariciarlos pero me detuve, no quería despertarlo, él también necesitaba descansar. Junté mis manos, alejándolas de su cabello. Cerré los ojos tratando de recobrar el sueño pero el dolor se volvía intolerable. Mis manos tiritaban y su coloración era totalmente oscura. Esto se estaba saliendo de control, mi pecho no toleraba el roce de mi camiseta ni el calor que emanaba Harry.

De repente, todo se aceleró, una gran puntada en mi pecho hizo que me moviera rápidamente a una posición fetal, el color negro se apoderó de mis antebrazos y el sabor amargo me provocó arcadas. Harry abrió los ojos preocupado.

-La camiseta, Harry, sácala.- Logré decir sin aire.

Con el ceño fruncido, movió sus manos con decisión y comenzó a retirarme la camiseta lo más rápido posible. Su boca se abrió con sorpresa, y sus ojos se clavaron en mi pecho. En otro tipo de situación eso hubiese sido vergonzoso o caliente pero en este caso era pura sorpresa. En mi pecho se había dibujado un trisquel, tan claro y perfecto como el que había dibujado sobre él hacía una semana. Harry acercó su mano a él pero no se atrevió a tocarlo. Volví a quejarme luego de otra ola de frío y dolor. No pude controlar mis movimientos y mi espalda se arqueó, tocando la mano de Harry. Su mano tomó un color oscuro y absorbió un poco de toda la agonía que tenía acumulada por un momento. Nuestros ojos hablaron, ambos habíamos sentido eso. Tomé su mano y la guié hacia el centro de mi pecho. Mi respiración se cortó al sentir ese alivio repentino. Colocó la otra mano y me miró, buscando una explicación a todo esto. El trisquel comenzó a desaparecer y con él se fueron los síntomas. Harry había devuelto lo que le había prestado, el hechizo se había concretado. Cerré mis ojos aliviada pero los problemas no daban tregua, ¿Por qué el hechizo había resultado sumamente doloroso? ¿Por qué el tacto de Harry había logrado quitarme ese dolor? Él retiró sus manos de mi pecho y miró hacia un costado, el ambiente había cambiado ahora estaba algo tenso. Su rostro estaba lleno de dudas y seguramente no paraba de generar preguntas mentalmente. Volví a vestirme, no quería que la tensión cambiara para peor. Él se iría hoy y esta atracción se esfumaría. Pensar eso y saber que era verdad me molestaba, me resultaba injusto, quería que se quedara aunque no fuera lo correcto. Lo necesitaba, no podía negarlo y era a la única persona que le daría ese privilegio. Me senté en la cama comprobando que todos los síntomas se habían ido. Él seguía ahí, observando su mano con las cejas juntas.

Dorchadas Álainn ||H.S|| a.u (Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora