ϟ Things #12

13.2K 717 199
                                    

Primera vez.

ADVERTENCIA: leve contenido explícito y smut.

Harry
Harry Potter se limpió las sudorosas palmas de las manos en su pantalón por quinta vez en un minuto. Miró a su novia revolver los trastos viejos de la Sala de Menesteres, buscando algo que regalarle a su madre en las próximas navidades. Ella estaba inclinada frente a él y Harry sintió una extraña punzada en la entrepierna viendo su falta gris elevarse y dejar al descubierto unas lindas bragas rosas de encaje.
La joven se enderezó y miró a aquel ojiverde con algo de confusión.
— ¿Pasa algo?— preguntó ella, fingiendo inocencia, aunque ese fue su propósito desde un principio.

Harry tragó en seco y siendo poseído por un sentimiento que no había tenido antes, se acercó a ella y la tomó entre sus brazos. La besó con ahínco, como siempre lo hacía, porque la amaba. Ella atrapó el labio de Harry entre sus dientes y un bulto se formó en sus pantalones.

Cuando Sirius se enteró que su ahijado tenía novia, lo primero que hizo fue charlar con él sobre las cosas que uno hace cuando está enamorado. Le dio consejos y le dijo qué hacer cuando la hora llegara, así como también las señales que una chica daba cuando quería dar el siguiente paso. La chica estaba nerviosa, pero todas sus amigas en Ravenclaw ya lo habían hecho y la curiosidad la estaba matando, además sabía que el amor entre ella y su novio era real, y estaría segura cuando dieran el siguiente paso.

Convenientemente, tras de ellos había un sofá. La chica empujó a su pareja aún sin dejar de besarle e hizo que se recostara allí, quedando encima de él. Harry repasaba las curvas de la mujer que amaba con sus manos, dejando caricias por todas partes, y cuando ella gimió en su boca, supo que no podría contenerse más. Hizo pequeños círculos con las caderas sobre la masculinidad del joven ojiverde y él le clavó los dedos en la espalda, después se separó para dejar besos por el cuello de Harry y desabrocharle la camisa.

— ¿Estás segura?— preguntó jadeando.— Quiero decir, sabes que te amo con todo mi corazón pero esto es algo muy grande... si no estás lista sabré entenderlo.

A ella le brillaron los ojos y contuvo la respiración por unos segundos.
— Quiero ser tuya para siempre— contestó, antes de perderse en un mar de emociones que nunca antes había experimentado.

Ron
Ron no te había sacado ni un segundo de su mente hace un par de semanas. Se supone que es algo normal cuando uno está enamorado, pero ya no pensaba en ti como cuando te pidió que fueras su novia o cuando admiraba tu rostro porque creía que eras lo mejor del mundo. Desde que entró a tu habitación sin llamar a la puerta y te encontró en ropa interior, algo en él se encendió. Esta vez era diferente. Soñaba contigo a diario, y soñaba cosas que no es prudente ni siquiera escribir. Se la pasaba imaginando las distintas maneras en las que podrían estar juntos hora con hora, día tras día.

— ¿En qué piensas, amor?— preguntaste, ahuyentando las ideas de su cabeza.
Ron sacudió la cabeza y te observó humedecer tus labios, lo que solamente lo hizo perder la cordura y que un deseo inmenso creciera en su interior... y en sus pantalones. La lujuria floreció en su mirada.
Ahí en plena celebración, pues Gryffindor había derrotado a Hufflepuff en un partido de Quidditch, le pareció que el ruido de fondo lo alentaba a llevarte consigo y por fin hacerte suya. Te tomó de la mano y te condujo escaleras arriba hacia su habitación. Preguntaste a qué se debía, pero él no respondió, solamente cerró la puerta con pestillo y con la varita en alto, conjuró un encantamiento para que los sonidos de la habitación no salieran de ahí. Planeaba hacer mucho ruido. Antes de que pudieras seguir haciendo preguntas, atacó tus labios ferozmente mientras te pegaba a él, poniendo las manos en tu trasero. Te arrojó a la cama sin dejar de besarte y se colocó entre tus piernas para hacer fricción. Sentías el pecho a punto de reventar por la excitación que experimentabas en ese momento y te dejaste llevar por el instinto, perdiendo poco a poco el juicio a al sentir cómo acunaba tu cuerpo, como si fueras un objeto al que debía atesorar y proteger.

Harry Potter: Things Donde viven las historias. Descúbrelo ahora