ϟ 43. Romione

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Happy Anniversary?

—Muy bien Rose, ¿sabes qué día es hoy? —la bebé miró a su padre, dejando la cuchara de plástico con la que comía su cereal suspendida en el aire—. Claro que no lo sabes, pero yo te lo diré... ¡es el aniversario de bodas de papá y mamá! Creo que lo ha olvidado, o tal vez está fingiendo que lo ha hecho y así poder enojarse conmigo más tarde. Pero está muy equivocada si cree que no haré nada especial para el día de hoy.

Ron Weasley se sacudió las manos en el babero de cocina que llevaba puesto e hizo un puchero para su hija. La niña le sonrió desde su sillita y asintió, como si entendiera todo lo que él estaba contándole.
—Hermione cree que no puedo recordar una fecha tan importante sólo porque la olvidé en dos ocasiones, ¡pero se equivoca! Puedo ser tan romántico como ella —dijo entusiasmado—. Haremos la cena, una tarjeta y un pastel, nos vestiremos elegantes... como en esa película muggle que tanto le gusta.

Ron enlistaba todo en su mente, yendo de un lado a otro en la cocina y dando manotazos en el aire.
—Tenemos exactamente cinco horas hasta que llegue mamá del trabajo, Rosie. Manos a la obra.

Empezó poniendo los ingredientes para hornear el pastel en la mesada de la cocina. La pequeña se encargaba de hacerlos volar hasta un gran recipiente mientras su papá los revolvía con un cucharón, leyendo una y otra vez un pequeño recetario que había tomado de la cocina de su madre.
—¡Se va a volver loca cuando sepa que no usamos magia! —Miró a la niña y ella enarcó una ceja—. Bueno, eso no cuenta. Aún no eres lo suficientemente grande para hacerlo a propósito, ¿verdad que si, amor? —le apretó una mejilla y Rose rió—. Qué suerte la mía que heredaras la inteligencia de tu madre. No imagino qué sería de mi si fueras como tus primos, incendiando todo o llenando la casa de animales. ¿Cómo habrá hecho Harry para sacar esa familia de venados de su sala?

No dejaba de hablar con la bebé, estaba bastante emocionado. Quería compensar las ocasiones en las que no hizo nada para su esposa y terminaba comprándole libros como obsequios —aunque a ella le encantaban—, porque siempre era Hermione la que se lucía en aniversarios y cumpleaños. Y es por eso que a Ron le parecía extraño que no lo hubiese despertado con el desayuno en la cama, o una sesión de besos, sino que simplemente se despidió de él y partió al Ministerio de Magia a trabajar. Tal vez ya estaba cansada de ser siempre la de los grandes detalles, por eso él llevaba planeándolo desde hace mucho tiempo.

Rose se quedó dormida cuando metieron el pastel al horno, pues Ron tardó más de una hora en averiguar cómo se usaba. La puso en su cuna, cerca de la cocina para que pudiera observarla, y empezó a hacer la cena. Iba a cocinar pizza, así que encendió la televisión y puso una grabación del canal favorito de cocina de Hermione, intentando seguir la receta del chef. Pero, enseguida fue un total fracaso.
—¿Cómo se supone que abra esta lata de champiñones? Ni siquiera sé qué hechizo usar.

Sacó la varita de su pantalón, pero enseguida se retractó.
¡Sin magia! Debo sorprenderlase reprendió.

Estaba tan ensimismado en su tarea, que no se percató de que su hija estaba levitando, perdida en sus sueños. Eso solía ocurrirle a veces, por eso dormía en medio de ambos esposos. Rose siguió su camino un piso arriba, luego otro y Ron escuchó una ventana correrse.
—¿Rosie? —miró la cuna, ahora vacía, y creyó que le daría un infarto— ¡Rosie!

Alcanzó el segundo piso en cuestión de segundos, dándose cuenta de que la bebé estaba en el alféizar, manoteando alegremente.
—Ven acá pequeña. No debes estar jugando allí, es peligroso —se acercó con sigilo, intentando no hacer ningún movimiento brusco.

Harry Potter: Things Donde viven las historias. Descúbrelo ahora