01: La Caverna de Dine

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LLOYD'S POV

Su cabello estaba más alborotado de lo normal, su piel estaba tan pálida como la de un cadáver, y un hilo de sangre escurría por la comisura de su boca.

Ahogué un grito, comenzando a sentir el llanto venir tras mis ojos.

-Kai...¿quién...quién te hizo esto? -susurré para mí mismo, con la mano en el corazón.

Como si mi voz lo hubiera llamado, los ojos de Kai se abrieron de par en par, grises como los de un zombie, me miró, se puso de pie y débilmente apuntó a mi pecho con una daga sujetada de su mano medio muerta. Me veía con furia.

-Fuiste tú...

-¡AHH! -me desperté de golpe, la respiración golpeando contra mi pecho, el sudor recorriendo mi espalda.

Respiré, poco a poco, y me di cuenta de que ya era de día.

Otra vez la misma pesadilla.

Me dejé caer nuevamente en la cama, cerrando los ojos, intentando volver a dormir. Pero conciliar el sueño se había vuelto todo un reto para mí desde hace algunos días.

El sol se colaba en toda la habitación, aunque lo intentara no podría volver a caer inconsciente.

Supongo que sólo me quedaba ponerme una camiseta y bajar a desayunar...

Tal y como me esperé, los pancakes que había olfateado desde arriba ya estaban servidos en la mesa de afuera. Todos estaban aquí, la mesa lista para brindarnos los buenos días.

Fui a sentarme en un hueco entre Zane y Cole, mis pancakes ya estaban preparados.

-Lloyd, tesoro, ¿quieres chocolate caliente o leche tibia? -preguntó Esmeralda apareciendo detrás de mí con dos jarras en las manos.

-Te recomiendo el chocolate, nunca pasa de moda -dijo Jay con una sonrisa burlona llena de espuma.

-Creo que tomaré sólo leche, no es que se me vaya a subir igual que a él.

-¡Wowowowowow! ¿A qué te refieres con eso? -Jay se cruzó de brazos.

-Leche tibia, entonces -Esmeralda sonrió y llenó mi taza con una jarra.

-Gracias -sonreí, y comencé a comer.

Era difícil hacer cualquier cosa desde que llegamos. Una vez que los diez reinos fueron destruidos, todos aquellos que se salvaron gracias a los portales (que aún no sabemos quién los hace) vinimos a caer aquí, en Saol Maithland.

Era curioso, cuando era niño mi existencia se limitaba sólo a Ninjago. Pero ahora ése mundo ya no existía, ni muchos otros tampoco. Y todo era culpa mía.

Nosotros habíamos corrido con suerte: no teníamos dinero, ni comida, ni nada, sólo una pequeña amistad con Esmeralda, pero eso no le impidió darnos hospitalidad y comida. Técnicamente ella nos había salvado de estar en la calle.

Y la calle, se había vuelto muy peligrosa en las últimas fechas.

-¿A ninguno le falta nada? Coman muy bien. Derrotar un Imperio no fue cosa fácil, deben recuperar energías -dice Esmeralda sonriente, tentándonos a comer más.

-¡Ahhh, y que lo digas! -Dice Jay con la boca llena de pancake -Mis huesos me siguiente doliendo, casi como si hubiese sido hace semana y media.

-Jay, fue hace una semana y media -dice Zane.

Ninjago III: The Mindnight EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora