06: Gile City

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LLOYD'S POV

Los rugidos de los dragones resonaban en mi cabeza tal y como lo haría un buen recuerdo de los viejos tiempos. Aquellos en los que éramos cinco, y dar un paseo en dragón era cosa de todos los fines de semana.

Había pasado mucho tiempo desde entonces, las aventuras que solíamos tener parecían haber pasado hace siglos. Entonces la historia sólo se trataba de maestros elementales-ninjas-adolescentes; y uno que otro protagonismo de un personaje secundario. Éramos unos simples chicos (y es gracioso porque lo digo yo), queríamos salvar al mundo, y lo hicimos la misma cantidad de veces que arriesgamos nuestras vidas.

Disfrutábamos lo que hacíamos.

Y de alguna forma u otra, nos convencimos de que al final todo podía salir bien.

Creí que la noticia de que Kai estaba "vivo" me ayudaría a sentirme mejor, pero por el contrario, me sentía torpe y más inútil. Sin ganas de hacer nada.

Aún no les contaba a los demás sobre mi "increíble descubrimiento" de ayer. Planeaba hacerlo, pero no era el momento, y ni siquiera sabía cómo explicarlo.

Y ahora, me encontraba montado en mi dragón, volando hacia Gile City y al juicio que definiría para siempre cómo llevaré mi vida aquí en el reino.

Anoche había pasado mucho tiempo aprovechando el insomnio para pensar. Y pensé en Kai mucho menos de lo que creí, ya que estaba considerando a fondo la idea de escapar a otro reino, ya que este sólo es uno de los afortunados cuatro.

Pero, ¿sería capaz? ¿Podría abandonar aquí a mis amigos? ¿Ó también era demasiado cobarde para eso?

Di un suspiro, y apreté fuerte las riendas de Greeny.

Una cálida y pálida mano, con las uñas pintadas de un color rojo cereza, y en la muñeca luciendo una dorada cinta elástica, se posó sobre mis nudillos.

-¿Estás bien? -la dulce voz de Esmeralda sonó poco más atrás de mi oreja.

Miré detrás de mi hombro, encontrándome con el tierna imagen de Esmeralda siendo despeinada por el viento que alborotaba su pelo. Su sonrisa cereza relucía igual que el primer momento en que la conocí, y sus enormes ojos aumentaron la tranquilidad que su abrazo por la cintura me daba con ella a mi espalda.

Sonreí, cerré los ojos por un segundo y dejé escapar el aire así como la tensión en mis manos.

-Ahora lo estoy -respondí correspondiendo el dulce gesto.

-¡Wohohow! ¡Pero miren eso! -mis mejillas ardieron y aparté la vista al creer que Jay se refería a mí y Esmeralda, pero palidecí cuando vi hacia donde señalaba el pelirrojo.

-¡Es Gile City! -exclamó Jannet desde el dragón de Zane -¡Llegamos!

-Wooow -dije para mis adentros.

Si alguien te dijera que pudo describir la belleza de la ciudad capital de Saol Maithland, definitivamente estaría equivocado.

Gile City, era la joya brillante del reino. Sus estructuras sobrepasaban lo bizarro, de formas ilógicas e imposibles que sólo un habitante de aquí sabría explicar cómo es que semejante diferencia de peso y masa podía mantenerse de pie. Los edificios y rascacielos, tenían un estilo largo y ondulado al terminar, pero otras estructuras como teatros o de eventos grandes parecían formas inexactas suspendidas a metros sobre el suelo por vigas de un material azul que se me era imposible identificar. Todo era brillante, parecía estar hecho de millones de cristales rotos y vueltos a acomodar de una forma chistosa pero con estilo y pasión. Ninguna estructura que vi tenía ventanas, pero aquí, desde lo alto, la ciudad estaba llena de vida, con calles que (al fin) eran de pavimento, pero ni un sólo automóvil podía verse en las calles, sólo los duendes habladores cruzando los anchos caminos de aquí por allá.

Ninjago III: The Mindnight EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora