Ninjago III: The Mindnight End

25: Heartbreaker I

RIKAN'S POV

Un rayo de luz resplandeció a mis espaldas.

Las fuerzas del viento comenzaron a perseguirse sobre las nubes, un potente torbellino se formaba por encima del edificio central de Gile City. Cuatro rayos provenientes de todas direcciones colisionaron en el punto medio del torbellino, y de estos, brotó un rayo más poderoso, que se desvió de una trayectoria recta para entrar por la ventana y aterrizar en el centro de mi despacho, a mis espaldas. Tan brillante como la luz, un ente apareció envuelto en ropas negras y tecnología que ya no pertenecía a esta línea temporal.

El hombre avanzó hacia mí, y con una reverencia, puso en mis manos un libro oscuro de pasta gruesa, que poseía un cristal de cuarzo rojo en el centro. La última copia del Ser Negro.

—¿Fue difícil encontrarme? —pregunté al inspeccionar la cobertura del libro.

El hombre se enderezó.

—Estás donde dijiste que estarías —dijo despreocupadamente, y recorrió el lugar con la mirada —. Nuestro plan resultó.

—Aún no —dejé el libro sobre mi escritorio —. Y, lo lamento, es irremediable, pero ya no estarás de mi lado.

Aquel hombre volteó a verme, su rostro ensombrecido dejó ver odio tras sus ojos.

—Lo que pase conmigo aquí no me interesa. Lo único que me importa es lo que le pase a él.

Me crucé de brazos, y me recargue sobre el borde del escritorio. Estaba frente a mi más fiel súbdito.

Era increíble, ni siquiera uno de mi propia raza me había servido tan bien como él.

—¿Le dejaste a mi hijo el recado que te mandé?

—Por supuesto que sí —una pequeña y diabólica sonrisa asomó en su boca —. Incluso le golpeé la cara.

—Ya veo —me crucé de brazos, y me tomé un tiempo para continuar.

Ya había pensado en esto demasiado tiempo. Y cuando decía que este hombre era mi mejor mano derecha lo decía enserio.

Era una situación vergonzosa, pero más pena daría perder a tan buen siervo.

—Aún hay una forma —solté sin más.

El hombre me dirigió una mirada irritada, odiaba que no dijera la información completa.

—¿De qué? —preguntó con notable molestia.

—No tienes porqué desaparecer. No aún —lo miré a los ojos.

Sus orbes marrones soltaron un brillo, la irritación del hombre no había desaparecido por completo, pero era obvio que aquella propuesta le interesaba mucho.

Una sonrisa socarrona cruzó su rostro.

—Ah, ¿en serio? —me miró con ojos burlescos —. ¿Y qué se tiene que hacer para lograr algo así?

Dejé que una sonrisa ladeada se abriera paso por mis labios.

Este era mi mejor hombre.

—Puedes convertirte en demonio, Xander.

OLIVER'S POV

Había algo que simplemente no podía sacarme de la cabeza. Y es que entre más lo pensaba, menos dudaba de que algo muy grande estaba ocurriendo tras bambalinas. Algo grave, que, ¿por cuánto tiempo ha estado sucediendo? ¿Siempre estuvo ahí, escondido bajo mis narices?