WILLIAM'S POV
A estas fechas del año pasado, aún era capaz de decir que tenía una vida. Propia. Aunque sólo consistiera en esconderse en la esquina de las bibliotecas, dibujar en las partes traseras de las libretas y construir mis propias teorías del universo. En muchas ocasiones, pude haber fingido ser otra persona incluso; tal vez porque me parecía divertido, no me gustaba mi vida o simplemente no era suficiente para mí.
Fueron años los que duré deseando ser otra persona, alguien especial, alguien nuevo. No sólo un cliché.
Pero era el peor de los clichés.
No vivía mi vida (aún no lo hago), pero al menos tomaba mis propias decisiones.
Eso fue hasta el pasado mayo, cuando mi padre decidió que era buena idea comenzar a vivir aventuras que sólo escribirlas.
La cosa no iba tan mal, incluso me sentí social por varios instantes.
Todo cambió en el Bosque de las Almas.
Un simple medallón, casi parecía una piedra tallada con líneas color rojo pintadas. Nadie se iba a imaginar que el alma de un demonio estaba atrapada en el, negándose ir al Vacío y esperando a un tonto inocente para que se colocara el cachibache en el cuello.
Ése tonto inocente era yo.
Ésa alma perdida se posesionó de mi cuerpo, e hizo cosas innombrables.
Aún me dolía, tanto la muerte de mi padre como la de todas las demás víctimas. Todos sus últimos suspiros están gravados en mi mente, enterrados en lo más profundo, clavados de cada extremo, y dando vueltas frente a mis ojos una y otra vez en el día y noche.
Había compartido cuerpo con el peor ser con el que pude haberme topado.
Ése hombre...asesinó; exprimió corazones extirpados y bebió su líquido.
La sangre de esas personas no sólo manchaba mis manos y visión, sino que el interior de mi cuerpo también estaba infectado.
Todo eso y sólo porque alguien quería hacer su conjuro y regresar a su cuerpo original.
De eso no había pasado mucho; ya era fin de mes: enero. Y desde el juicio que no me dejó ver en Saol Maithland, no hemos salido de este enorme castillo de piedra fría y oscura.
Techos enormes, cuadros macabros, comida repugnante, alfombras manchando el suelo como si fueran sangre, las goteras que hacían eco en la habitación a media noche, la comida pesada y los guardias horrorosos en cada esquina.
Era un lugar sacado de la peor de las pesadillas o el peor de los arquitectos.
Lo único que tenía de mi propiedad era mi ya muy maltratada libreta, una pluma, y (supongo) las cadenas en mis muñecas y tobillos.
Todo era horriblemente espantoso: Siempre deseé ser alguien más, y cuando lo conseguí todo el mundo se desmoronó a mi paso.
El único lado bueno, es que el fregar todo el día me mantiene en mejor condición a que cuando sólo me la pasaba en la biblioteca.
-Rata, te faltó ahí -el hombre hizo un movimiento con los dedos, y el tazón de lo que parecía un postre con jarabe y otras cosas de extraña procedencia se elevó sobre la mesa y fue a desparramarse justo frente a mí.
Él y el Rey Shanrrak soltaron en una carcajada, en un suspiro me di la vuelta para ir de nuevo por el trapeador.
Odié al Rey del Mundo Oscuro, no por su actitud (él en realidad no me hacía nada, sólo se reía con lo que hacía el hombre), sino que lo odiaba por habernos dado "hospitalidad" en su enorme castillo.
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Ninjago III: The Mindnight End
Fanfiction"EL EQUILIBRIO ES UNA FUERZA PODEROSA, pero no sirve de nada si tienes tanta belleza en piezas." Doce reinos han sido destruidos, dejando sólo a la Vida y la Muerte para sostener el equilibrio entre los cuatro reinos restantes. Pero el plan no había...