13: El Rey del Mundo Oscuro

308 24 154
                                    

COLE'S POV

A una distancia razonable del castillo, nos movimos por el bosque hasta llegar a lo que se convertiría en nuestro punto de acceso. Ése arrollo de aguas verdes se conectaba al desagüe del castillo. La mala noticia era, que desde aquí tendríamos que ir bien hundidos en el agua, por precaución de ser vistos por los guardias arriba de las murallas de piedra o las torres.

Siempre fui de los que les gustaba explorar lugares nuevos, pero en los pocos minutos que llevaba en éste reino me la había pasado terrible. Primero que nada, el clima y el ambiente en general: era una abominación. Siempre hacía frío, pero no de ése frío refrescante, sino de ése quieto casi inexistente, que te hace helar la sangre y aumenta tus ganas un doscientos por ciento de quedarte encerrado en cama todo el día.

Además, estoy seguro de que éste es el único reino en el que por más a donde vayas la vista siempre va a ser un asco. Con sus colores oscuros, morados, nada de sol…era incluso deprimente, de sólo estar aquí comenzaba a sentirme solo, y eso que venía acompañado. No podía imaginarme estar aquí por más de un día, yo creo que me volvería loco.

Pobre William. Vaya, con todo lo que había estado pasando ni siquiera me molesté en pensar en el paradero del joven Willy. Aquel chico ya estaba chiflado desde antes, pero nadie podría negar que era de un buen corazón, y había sufrido cosas que no merecía sólo por querer ayudarnos. No se merecía tal castigo sólo por una inocente curiosidad de levantar un amuleto.

Como fuera, nada de eso se comparaba con las horrendas bestias y criaturas que nos habíamos topado por el bosque. A veces, ya ni siquiera podía llamarlas como criaturas, sino como “cosas”.

Primero fue ése monstruo que agarró el pie de Kai, ésa cosa era pequeña, un caparazón de tortuga al que le sobresalían tentáculos verde pantano del interior, era asquerosa. Luego, una risa de un chimpancé nos sorprendió desde lo alto de las ramas, dándonos cuenta de que era más bien una combinación mal hecha de un mono con hocico, garras, orejas y cola de lobo; Jay habría dicho que parecía de un creepypasta, pero con tal apariencia, y asechándonos las espaldas, no hubo ni uno de nosotros que no hubiera salido corriendo como gallinas.

Después, unas plantas atacaron a Zane y Lloyd y tuvimos que cortarlas, a lo lejos escuchamos aullidos, que preferiría por mucho que fueran de lobo; y, ahora que nos acercamos lo suficiente al arrollo, había unos mosquitos horribles, en pocas palabras eran tarántulas con alas.

—¡Agh! —Kai quemó la quinta que se le acercó a la cara, el bicho cayó al suelo patas arriba —. Iuk, llevo seis.

Bueno, la sexta, quise decir.

—Si queremos darnos prisa, lo mejor será que entremos al agua ya —sugiere Zane.

—Alto ahí, ni siquiera sabemos qué tan profundo está —dije.

—¿Y qué tal si tiene peces mutantes? —preguntó Jannet.

—Bueno, no parece un lugar muy habitable, ni siquiera para una criatura letal —comenta Zane.

—Pues intenten no morirse antes de que entremos —dice Oliver.

Lloyd se molestó con el comentario.

—¿Ah, si? ¿Si tan valiente dices que eres por qué no entras tú primero? —le preguntó molesto.

La expresión de Oliver ni se inmutó, dio un paso adelante, y sin dejar de observar al rubio se dejó caer en el agua.

Se produjo tal splash que el agua nos salpicó a todos. Apenas alcanzamos a cubrirnos el rostro, pero nuestra ropa ya se había mojado antes de lo esperado. Kai se sacudió las manos.

Ninjago III: The Mindnight EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora