Capítulo 2.4

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Después de que hubieran llegado todos de la casa de Dana, esta se encontraba tomando una sopa caliente y unos sándwiches en la cocina de los Potter, junto con los demás, que también comían algo. Todos la escucharon en silencio relatar lo sucedido tanto en el cumpleaños de su prima como en la casa.

-Me parece que voy a tener que convertir a una niñas en unos sapos bien rosas y verrugosos por lo que han hecho.- sentenció Olivia con un odio palpable.

-¡Y además tú madre ni siquiera te escucha! ¿Qué clase de madre es esa?- quiso saber Aitor.

-Bueno... A mi madre no le gusta que use la magia...- dijo la chica terminando un sándwich, casi a las 2:15 de la noche, lo cual sabían gracias al reloj de cuco de la cocina.

-Bueno, de cualquier forma, ya estas con nosotros- Harry se levantó de su silla-. Hablando de eso, creo que todos deberíais ir a dormir ya. Mañana vendrán los demás y tenéis que estar presentables.

-¿Los demás?- preguntó Dana a nadie en concreto.

-Como nos dejan llevar a quien queramos vamos a ir unos cuanto más por parte de la familia de James- explicó Aitor para luego bostezar.

-Las chicas duermen con Lily, y los chicos tenéis las camas listas en el cuarto de James.- La señora Potter hizo un movimiento con su varita y los platos se recogieron solos de la mesa y empezaron a fregarse.

-Hasta dentro de una horas entonces.- se despidió Teddy subiendo las escaleras con los chicos.

-¿Han venido más personas antes que yo?- la verdad es que Dana quería saber quienes iban a ir.

-Mónica no ha podido venir, tiene que ir a no se donde con su familia- le fue explicando Olivia según subían-. Merope llega mañana, Destiny esta durmiendo con Lily si no me equivoco al igual que Mei. En lo referente a los chicos lo que ves es lo que hay hasta mañana.

-No esperaba que fuese a venir Mei.- suspiró la chica llegando al cuarto de Lily, donde ya estaban preparadas dos camas y tres estaban ocupadas.

-¡Dímelo a mi! Esperaba que le dijeran que no.- esta vez Olivia susurró para no despertar a nadie. Ambas se metieron en la cama y se durmieron enseguida.

Dana para su sorpresa no tuvo pesadillas esa noche, más bien un sueño muy extraño con una serpiente gigante voladora, para cualquiera seria terrorífico, pero a Dana le parecía una serpiente muy tranquila. Pero cuando intentó hablar o tocarla la oscuridad la engulló por completo. Cuando abrió los ojos una niña de ojos castaños brillantes y una cabellera roja la miraba con alegría, Lily.

-¡Buenos días!- dijo con felicidad la niña aún sobre Dana- ¡Mamá dice que el desayuno esta listo!

-G-Gracias Lily... ¿Podrías...- Dana señaló lo evidente y Lily se apartó para que pudiera incorporarse al fin.

-Las demás se levantaron hace rato, no había tanta cola en el baño desde navidad.- la niña sonreía con diversión- Papá te ha agrandado el baúl y la maleta.- señaló las pertenencias de Dana al lado de la cama.

-Gracias Lily, enseguida bajo.

-Tienes suerte, ya todos terminaron en el baño, ¡me voy antes de que se acabe la comida!- la niña se fue corriendo al piso de abajo para poder comer algo.

Después de una ducha, y cambiarse su pijama por una camisa de algodón gris y unos pantalones vaqueros azules, Dana bajó a la cocina, donde la comida volaba de un lado a otro, tostadas, tortitas, zumos de distintos sabores, leche, mermeladas de distintas clases, panes recién hechos o mantequilla para que todos pudieran coger algo.

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