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Mi objetivo era fácil; ir al trabajo con el pelo exactamente igual de despeinado con el que me había levantado esta mañana, vestirme con la ropa más horrible del armario y ahuyentar a Harry Styles. Pero cuando me he dado cuenta, me encuentro de camino al trabajo más elegante de lo normal.

Sí, definitivamente comienzo a enloquecer.

Y no sé si sentirme decepcionada o aliviada cuando las horas comienzan a pasar y Harry no asoma su hermoso cabello por la tienda.

Una parte de mi sospechó que eso iba a ocurrir, que encontraría alguna que le dio lo que él quería sin rechistar y se olvidaría de mí. Y no entendía porque la idea me molesta. Harry era un cretino que me ha tratado como una idiota y yo tengo que estar agradecída de por vida con aquella pobre mujer. Pero por otra parte quería que él viniese. Era la primera vez que alguien como él se ha "fijado" en mi.

Cuando el reloj marca la una y la puerta se abre, mi corazón empeza a latir con fuerza.

—Lo prometido es deuda.

Su voz me hace estremecer y rápidamente le miro. Esta despeinado, sudado y jadea con fuerza. Como si acabará de correr una maratón aunque tuviera un traje caro.

Dios, incluso así parece un puñetero modelo.

Suspiro al mirarlo, formando una sonrisa de medio lado y cuando soy consciente de mi reacción, aclaro mi garganta.

—Y yo que esperaba que te hubieran atropellado fuertemente.

De los preciosos labios de Harry se escapa una risa arrogante que me hace rodar los ojos.

—Siento decepcionarte—se acerca al mostrador y apoya sus antebrazos encima de el—. También lamento la tardanza, estaba ocupado.

Me imagino en que se habia distraído. Tal vez no he acertado acerca de olvidarse de mi existencia, pero estoy segura que he acertado en que ha encontrado a una mujer que le ha dado exactamente lo que él quiere. Y no sé porque, eso me ha puesto furiosa.

—Tampoco es que estuviera esperándote—Él me mira de arriba abajo y realmente creo que puede ver atraves de mi.

—Entonces, ¿por qué tan guapa?—me sonrie, irónico.

—No es de tu incumbencia—Me encogo de hombros—. No deberías estar aquí conmigo. Lo sabes,¿no?

Él parece confundido cuando me mira con los labios y el ceño fruncido.

—¿Por qué?

—Tu novia o lo que narices sea se pondrá celosa si sabe que has venido a verme—Mi voz sale con frialdad de mis labios y me siento ridícula al enfadarme porque él se ha revolcado con una antes de venir a verme. Si quiere acostarse con una puedd haberse esperado.

—¿Novia? ¿De qué estás hablando?

—Estoy hablando de la chica con la que estabas antes de venir. Ya sabes; pelo alborotado, sudado y jadeando—Me encogo de hombros y chasqueo la lengua intentando transmitirle que a mi, su vida personal, no me importa.

Harry carcajea y quiero golpearlo al hacerme sentir idiota.

—Lamento desilusionarte, chica-sin-nombre, pero vine corriendo.

—¿Qué?—Trago saliva.

—Mi abuela me necesitaba y no pude salir antes, cuando se quedó dormida era tarde y si no me daba prisa no te vería. Así que si estoy despeinado, sudado y jadeante, es por tu culpa—me sonrie de medio lado burlándose de mi y siento como mi dignidad cae junto a mis pies mientras me sonrrojo.

—De todas formas—Me aclaro la garganta—, no deberías haber venido. ¿Qué le pasaría a tu abuela si despierta y tú no estás allí?

—Solo será un rato y además, ha valido la pena venir corriendo tan solo por verte celosa—me sonrie con un guiño.

¿Celosa? Yo no estoy celosa, tan solo no me gusta ser el segundo plato de nadie, tanto como si fuera de Harry como si fuera de cualquier otro hombre.

Abro la boca para protestar pero me vi obligada a cerrarla cuando la mano de Harry se posa sobre la mía, quemando la piel que él toca.

—Te propongo una trato—me dice, con sus preciosos ojos verdes mirándome—. Este viernes vendré a buscarte cuando termines tu jornada y pasaremos toda la tarde juntos. Si te lo pasas bien conmigo tendrás que decirme tu nombre y si es un auténtico desastre, prometo dejarte en paz— lo dice tan serio que casi creo que la idea de estar lejos de mi le duele. Casi.

¿Esta proponiéndo una cita? Maldita sea, ¿por qué me gusta tanto la idea? Quizás y, rezo para que sea así, me gusta la idea de que él deje de molestarme si esa "cita" o lo que fuese acabará en desastre. Si, debe de ser eso. Pero por otro lado estaba Paula que prácticamente la he prometido no fastidiar el contacto que tengo con Harry. Estoy segura que ella cree que voy acabar enamorada de Harry, que nos casariamos y que formaríamos una gran familia pero eso no va a pasar porque me encargaría personalmente de que está "cita" acabará en desastre.

—Esta bien—suspiro—. Pero no vuelvas aquí hasta que sea el viernes. De todas formas, si esa salida sale bien, me verás siempre que quieras,¿no?

Siempre podría decirle a Paula que él fue quien decidió poner punto y final a lo que sea que seamos Harry y yo  porque se había cansado de mi.

Él sonriw ampliamente y siento mis rodillas temblar.

Llevo mi vista hacia el reloj de la pared y me sorprendo de la rapidez con la que ha pasado el tiempo junto a Harry y me regaño mentalmente por eso. Harry es un idiota y no tiene que pasarme eso porque me niego a que Paula tenga razón: ¡Yo no me había fijado en Harry!

—Tengo que cerrar—le digo.

Él mira el reloj de su muñeca y suspir resignado, como si espera que mis palabras fueran mentiras. Se incorpora y me sonrie.

—Entonces, te veo el viernes—Y sin mirar atrás, sale de la librería.

No voy a decírselo y mucho menos a Paula, pero deseo con todas mis fuerzas que llegase ese día.

En Italia {H.S}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora