Al separarse de mi Harry lamió sus labios y sonrió marcando sus preciosos hoyuelos.
—Creo que es hora de volver—murmuro.
Salimos de aquella especie de patio cogidos de la mano y paseamos por las oscuras calles de Roma dirigiéndonos hacia su Mercedes. Al entrar en su lujoso coche me invadió el delicioso perfume de Harry que se encontraba impregnado en los asientos.
Al prender el motor Harry encendió la radio y de fondo comenzó a sonar una desconocida pero bonita canción que me hizo pensar que este día iba a quedar guardado en mi memoria hasta el día de mi muerte.
Me sobresalté cuando sentí una mano grande y cálida sobre mi muslo y rápidamente pose mis ojos sobre él, que, con la mirada en la carretera, sonreía. Mordí mi labio inferior y coloque mis manos sobre la de él, jugando con sus largos dedos.
Cinco minutos después aparcó enfrente de mi departamento.
Le escuché gruñir antes de retirar su mano de mi pierna, salir del coche y abrir mi puerta como un caballero.
Dios, podría acostumbrarme a esto.
Al salir del Mercedes Harry me ofreció su mano y camino junto a mi hasta la entrada principal del edificio. Ambos nos detuvimos en la puerta mirándonos mutuamente y quise con tantas ganas acariciar el hoyuelo de su mejilla derecha que las puntas de mis dedos comenzaron a picar.
Él parecía querer memorizar cada parte de mi rostro porque sus preciosos ojos verdes se movían a lo largo de mis facciones. Yo, por mi parte, lo que quería memorizar era el sabor de sus labios, la suavidad de sus manos y la luz de sus ojos para poder soñar una y otra vez con el magnífico día de hoy.
—Gracias por traerme— murmuré, humedeciendo mis labios con la lengua. Harry noto ese gesto, ya que su mirada se centró en mi boca.
—No es ninguna molestia—menciono, aún mirándome como un depredador—. Lo haría una y otra vez.
Mordí el interior de mi mejilla y corte el poco espacio que quedaba entre nosotros dándole un pequeño beso en la boca.
—Buenas noches.
Harry negó lentamente con la cabeza, con una sonrisa bastante atractiva.
—No me iré de aquí hasta que te despidas decentemente.
Intenté impedir la pequeña sonrisa que amenazaba con impregnarse en mis labios pero, como todo mi cuerpo desde que conozco a Harry, me traicionó.
Él avanzó hacia mi, agarrándome de la cintura y acariciándola con los pulgares. Yo enrrolle sus brazos alrededor de su cuello, agarrando los rizos que descansaban en su nuca.
—Ahora bésame en condiciones—susurro y su fresco aliento golpeó contra mi rostro. Junte nuestros labios en lo que yo misma denomine como el beso más caliente jamás dado.
Mis dedos comenzaron a tirar pequeños mechones de su cabello y al oírlo gemir contra mi boca me sentí la mujer más poderosa del mundo. Noté como sus manos poco a poco comenzaron a bajar más allá de mi cintura y como vacilaron al llegar a la parte baja de mi espalda.
Antes, la idea de ser tocada por un hombre no me parecía atractiva, pero imaginar las manos de Harry sobre mi trasero, me parecía la mejor manera de terminar mis días.
Me separé unos cuentos centramos de Harry para poder tomar aire.
—Hazlo—le dije, antes de volver a besarle. Harry obedeció mis órdenes sin rechistar y cuando sus manos se posaron el mi trasero un pequeño gemido se escapó de entre mis labios. Harry sonrió aún siguiéndome el beso y esta vez apretó con fuerza mis nalgas, atrayendo más mi cuerpo hacia el suyo.
Al cabo de unos minutos ambos nos separamos para poder tomar aire.
—Eso sí que ha sido una muy buena despedida—sonrió con los labios rojos e hinchados y me pareció la cosa más tierna y la más atractiva que mis ojos han podido ver.
Me reí entre dientes al asentir y me derretir cuando me acomodo un rebelde mechón de pelo tras mi oreja.
—Buenas noches, _____.
—Buenas noches, Harry.
[...]
—¡Oh vaya!—exclamo Paula tras el monitor—. Eso sí es caliente.
—Lo sé—menciones alegremente, recogiendo mi pelo en una alta coleta—. Y me está pasando a mi, ¿no es genial?
—Lo es, lo es. Me alegro un montón por ti, _____. Ojala estar ahí contigo y compartirlo en persona— noté como su voz se ensombrecía.
—No te pongas así, Paula. ¡Lo compartiremos! Tú ya estás es España y yo iré a principios de diciembre. Seguramente tus días de casada te mantengan entretenida y cuando te des cuenta yo ya estaré allí. Cuando nos veamos podremos hacer todo lo que hemos hecho desde que nos conocimos.
Paula asintió.
—Te quiero _____. Eres la mejor amiga que alguien puede tener.
—Yo también te quiero. Ojalá el tiempo pase rápido y nos podamos ver.
—Sí, pero primero tienes que conocer a la familia de Harry.
—Eso es una forma de llamarlo, yo más bien lo califico como "la gran aventura".
Paula río a carcajadas.
—Entiendo tu miedo. Lo pasé igual cuando conocí a los padres de Marco. Pero tú tranquila, sé que lo harás genial.
—Bueno, eso sí llego a conocerlos. Aún queda un mes y no sé lo que pasará entre Harry y yo.
—Yo si, acaba con vosotros dos casados y con hijos.
Ambas reímos.
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En Italia {H.S}
RandomRoma, una preciosa ciudad que sin haberlo planeado, me trajo el amor de mi vida #44 - harrystyles #37 - harrystyles #12 - harrystyles #10 - harrystyles #1 - harrystyles