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Me quedo quieta, mirando los ojos de Harry a pesar de saber que Jacob está al otro lado de la puerta esperando por mi. Oigo pasos apresurados y escucho la puerta abrirse.

—Hola, Jacob—la voz de Paula llega hasta donde Harry y yo nos encontramos, sin separar la mirada el uno del otro—. Lo siento mucho, pero ______ está resfriada, no va a poder salir hoy.

—Oh vaya—oír la voz de Jacob me produce lástima—. Esta bien, no pasa nada. Dila que cuando esté mejor me debe una cita—Paula ríe y se despide de él antes de cerrar la puerta. A pesar de eso, Harry y yo no decimos nada.

—¿Yacub? ¿Ibas a salir con un tal Yacub?—Él rompe el silencio, mirándome con la ceja elevada y una mueca molesta en sus labios. Quiero creer que eso significa que está celoso.

—Es Jacob. Es polaco y hasta ahora él no me ha mentido, no como otros.

Toma pulla, estúpido amor de mi vida.

—¿En qué se supone que te he mentido?—Se lleva las manos al pelo, frustrado, y luego suspira.

—Hace unos días me dijiste que no estabas enamorado de mi, ¿y ahora es justamente todo lo contrario? Dime Harry, ¿cuando me mentiste? ¿Hoy o fue la otra vez?—Él gira el rostro hacia otra dirección, como si acabara de abofetearle—. Si esperabas que al venir aquí y decirme que estás enamorado de mi iba a hacer que volviera contigo como si nada, estás equivocado.

—He venido para avisarte—Voltea su cabeza para mirarme de nuevo—. Te lo he dicho antes y te lo diré las veces que hagan falta para que te quede claro. No voy a rendirme. Odiame todo lo que quieras, evitame,  ignorame, pegame, insultarme. Haz todo lo que quieras conmigo pero no voy a rendirme hasta que admitas que me amas.

—Ahora mismo lo único que quiero hacer contigo es echarte de mi casa—susurro y él asiente y poco a poco va retrocediendo.

—Esta bien—Sale de la sala y pocos segundos después escucho la puerta cerrarse. No me doy cuenta de las ganas que tenía de llorar hasta que desaparece de mi campo de visión y explotó, llorando a lágrima viva. Paula aparece casi al instante y cuando intenta abrazarme para tranquilizarme, me alejo de ella

—No, déjame—Y corro hacia mi habitación, como la cobarde que soy.

[...]

¿Por qué cuando solamente quiero llorar y no salir de mi habitación, resulta que es una fecha importante?, pienso al día siguiente, cuando después de pasar toda la noche llorando y dormir literalmente una hora y media, me despierto.

Hoy resulta que es el último día del año y mi lado negativo espera que también sea el último día de mi vida.

Cuando bajó a desayunar Paula está en la cocina preparando unas tostadas. Ella me saluda pero la ignoro por completo y me sirvo un vaso de café, lo necesitó.

Estoy realmente furiosa con ella. Incluso furiosa me parece poca cosa para definir como me siento. Me ha traicionado. Ha cogido nuestra amistad de tantos años y la ha tirado por la borda, ¿y por qué? ¡Muy buena pregunta! Solamente ha necesitado unas palabras bonitas de Harry para ya decidir por ella misma si era bueno para mí salud mental verle en este preciso momento. Pues una pista Paula, ¡no, no ha sido bueno!

—¿Vas a ignorarme por mucho tiempo? Porque me gustaría explicarte—La miró a mientras doy un largo trago a mí café, esperando que continúe—. Llamo cuando estabas con Jacob. Estaba llorando—Me mira, esperando mi reacción e intento no mostrar asombro en mi cara—. Me explico todo. Sé que no tiene excusa por cómo te trato la última vez pero la gente toma el dolor de una forma diferente. Tú te lo tomas con humor y él, al parecer, se lo toma con enfado. Me dijo que no quería decir nada de lo que te dijo y que ha estado en Barcelona buscándote como un idiota.

—Podia haber llamado antes—murmuro.

—Eso mismo le dije yo y me contestó que quería hacerlo bien. Cara a cara. Quería verte y decirte que esta enamorado de ti.

—¿Y le crees?—Apoyo el vaso vacío en la encimera.

—Claro que le creo. Si no le hubiese creído no le hubiera ayudado. Sabes que yo nunca haría nada para dañarte—me sonrie—. Además, ¿quien coge un avión lo más pronto posible para poder ver a alguien si no está enamorado? Si Marco hubiera hecho eso por mi, ahora mismo seguiríamos casados.

No sé cómo sentirme. Una parte de mi dice que crea en Harry y que vuela con él como si nada hubiera pasado, porque entiendo que cuando alguien está enfadado suele decir cosas de las que luego puede arrepentirse, a mí me pasa constantemente. Pero por otra parte no puedo olvidar el daño que me ha hecho, las palabras hirientes que no titubeó en decirme y como me ha dejado pasar las dos peores semanas de mi vida sin ni siquiera un mensaje.

—¿Qué harías si fueras yo?—Agacho la cabeza, con la mirada fija en mis plantuflas.

—Le dejaría sufrir un poco. Ha hecho daño a mí mejor amiga y eso no se lo voy a permitir.  Haz que luche por ti y no pares hasta que haya sangre, sudor y lágrimas, y procura que sean suyas—Paula se ríe y se acerca a mí para abrazarme—. Por cierto, le he invitado a la fiesta de tus padres.

Frunzo el ceño, separándome de ella.

—Toda mi familia sabe lo que me ha hecho. Se sentirá muy violento estando allí. ¿No lo has pensado?—Ella me mira divertida y antes de contestar de encoge se hombros.

—Claro que lo he pensado, ¿por qué te crees que le he invitado?—Se rie a carcajadas como nunca antes la había visto, y no puedo evitar reírme con ella.

La venganza es un plato que se sirve frío... ¡Que guay! Siempre lo he querido decir.

En Italia {H.S}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora