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Los números rojos de mi despertador marcaban la una de la madrugada cuando yo miraba con desesperación mi móvil.

Nada más llegar de mi cita lo primero que hice fue llamar a Paula y, feliz de que su mejor amiga por fin halla encontrado a un hombre, me dijo que para hacerme de rogar debería esperar unas horas antes de hablarle.
Me pareció estúpido pero decidí hacerla caso por qué, al fin y al cabo, ella sabía más de hombres que yo.

Pero después de tres horas y media incluso yo comenzaba a irritarme.

Suspirando me acomode en mi cama, apoyando mi espalda en la pared y sin miramientos, agarre mi móvil y marque el teléfono de Harry que horas antes había agregado a mis contactos.

Lleve el aparato a mi oreja y escuche los pitidos que parecían querer torturarme.

¿Y si estaría dormido?, pensé, Claro que está dormido, tonta, es la una de la mañana.

Cuando quise colgar la llamada los pitidos dejaron de sonar.

-¿______?-la voz de Harry sonaba un tanto desesperada a través de la línea e instantáneamente me mordí el labio nerviosa.

-Hola Harry.

-______...-suspiro mi nombre como si hubiera estado esperando decirlo por mucho tiempo-. ¿Por qué has tardado tanto en llamarme? Estaba esperándo.

Una tonta sonrisa se formó en mis labios al pensar que, al igual que yo, ha estado toda la tarde hasta ahora mirando el móvil y esperando mi llamada.

-Mi mejor amiga me ha surgido hacerte esperar. Según ella os gusta lo difícil.

-¿Por tres horas, treinta y cinco minutos y quince, no, dieciséis segundos?-Mi corazón se detuvo por un instante antes de latir con fuerza. ¿Había estado contando el tiempo?

-Sí...-murmure avergonzada, sintiendo como mis mejillas ardían.

Oí el canto de su risa.

-Me encantaría verte ahora mismo-pronuncio lento y ronco y, joder, si seguía así iba a estar comiendo de la palma de su mano antes de llegar al lunes. Y acababa de empezar el sábado.

-Y yo a ti.

Le escuché sonreír y un impulso de querer besar sus labios creció en mi.

-Mierda _____-masculló entre dientes-. ¿Tienes algo que hacer mañana?

-No, creo que no.

-Perfecto, espérame a las diez y media en tu casa. Pienso pasar todo el día contigo-Me río y le digo cuál es mi piso antes de bostezar-. Deberiamos colgar, es tarde.

-Si...

-Buenas noches, bella. Descansa.

-Buenas noches, Harry.

Y supe que este día iba a quedar grabado en mi memoria como uno de los mejores en mi vida.

[...]

Mi alarma sonó a las diez menos cuarto y, por primera vez en mi vida, me levanté de la cama animada.

Hice mi cama lo mejor que pude, me di una ducha rápida y, sequé mi cabello mientas me cepillaba los dientes. También fregue el suelo de la casa y terminé rociando mi cuerpo y el pasillo de colonia.

Acabe cansada y con menos de quince minutos de descanso antes de que él llegara.

Para matar el tiempo escogí un libro de mi estantería y me dediqué a leer un poco por encima el primer capítulo, estando atenta a cualquier sonido fuera de mi casa. A los diez minutos, cansada de esperar y de aquel libro, fue cuando me acerque a mi ventana.

La calle estaba solitaria y el sol de septiembre golpeaba con fuerza cuando a lo lejos vi el coche de Harry acercarse.

Me aleje de mi ventana y me dirigí a mi telefonillo esperando su llamada. Cuando el telefonillo sonó conté mentalmente hasta diez antes de contestar.

-¿Sí?-sonreí orgullosa al no haber emoción en mi voz.

-Soy Harry, ______.

Dios, como amaba mi nombre cuando él lo decía.

-Oh, te abro-después de apretar el botón me dirigí hacia la puerta. Estire mis pantalones, me acomode el pelo y pellizque mis mejillas para enrrojecerlas.

Cuando escuché sus pasos a traves de la puerta sentí mi estómago retorcerse. Después todo el timbre y de nuevo conté mentalmente hasta diez para abrirle.

-Buenos di...-sus labios se estrellaron con los míos sin dejarme terminar la frase. Dio unos cuantos pasos hacia mí sin despegarse y con el pie empujó la puerta para cerrarla.

-Te he hechado de menos-murmuro contra mis labios y sonreí antes de envolver su cuello con mis brazos.

-También yo.

Inclino su cabeza hacia atrás dejándome ver su hermosos ojos verdes y su preciosa sonrisa.

-¿Quieres hacer turismo? Aún no he tenido tiempo para ver la ciudad y quería verla contigo, ¿te gustaría?

Yo había visitado dos veces la ciudad de Roma pero ,en verdad, la idea de pasear con Harry por una de las ciudades más románticas del mundo hizo temblar mis rodillas.

-Me gustaría mucho-sonreí.

Cogí una chaqueta y las llaves de mi casa antes de salir de esta.

Harry se veía muy bien y de nuevo había dejado sus carísimos trajes pues llevaba unos vaqueros rotos y una camiseta de manga larga de AC/DC color negra. Amaba ese grupo pero ahora aún más.

Cuando nos encontramos fuera de su coche me abrió la puerta y me sonrió cuando me acomode en el asiento del copiloto, giró sobre el coche y a los pocos segundos lo tuve a mi lado.

-¿Por qué quieres empezar primero? ¿El Coliseo? ¿La basílica de San Pedro,el foro Romano? Hay mucho por donde elegir.

-El Coliseo me parece una buena idea.

-Muy bien-me miro con una enorme sonrisa antes de inclinarse hacia mí y plantar un profundo beso en mis labios-. Pues al Coliseo entonces. Después a la Fontana di Trevi, me gustaria repetir lo de ayer.

Y a mi...

En Italia {H.S}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora