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Al día siguiente agradezco al cielo que Amanda no sepa de mi ausencia del día anterior aunque tengo doble trabajo debido a eso.

Me encuentro ordenando unos libros que han traído nuevos hacía poco más de una hora cuando la puerta se abre y siento como uno brazos me rodean por la cintura.

-Buenos días, bella-Me besa el hombro y me giro a verle cuando termino de colocar el último libro en la estantería.

-Buenos días-Me límito a darle un corto beso en los labios antes de volver a coger una montaña de libros para disponerlos en su respectivo lugar-. Oye, Harry.

-Dime.

Bianca y yo lo habíamos planeado todo la noche anterior. Yo tengo que decirle a Harry que voy a pasar las vacaciones de Navidad con mi familia y que después volvería a Italia, que le extrañaría y que le llamaría siempre que pudiese. Y justo el día de mi partida, Bianca le pedirá a Harry ir a despedirse de mi y en el aeropuerto le daríamos la noticia.

-Iré a España para pasar las vacaciones con mi familia.

Él me mira con el ceño fruncido.

-Volverás, ¿no?

Río, colocándome de puntillas para llegar a lo más alto de la estantería para depositar un libro, y asiento.

-Pensé que era obvio.

-Bueno, entonces te dejaré ir-sonrió-. Pero me llamarás.

-Todos los días-Me vuelve a acercar a él para esta vez darle un beso un poco más largo.

No puedo explicar con palabras cuanto amo a ese hombre, es realmente imposible hacerlo.

Harry sin duda alguna ha marcado un antes y un después en mi vida. De hecho ahora me preguntó cómo pude definir mis días felices cuando no le tenía a mi lado. Pienso en un futuro sin él y realmente siento ganas de llorar: Ahora puedo entender cómo se han podido sentir todas aquellas amigas que yo consideraba ingenuas cuando lloraban por amor.

Me he convertido en aquello que jure destruir.

Me rio sobre los labios de mi novio y sacudo la cabeza evitando esos pensamientos.

-¿Qué pasa?

-Nada, estaba pensando en algo-Me acerco hacia el mostrador con la mirada fija en mis zapatos. Harry me sigue.

-Que se enhorabuena-bromea y en propuesta le lanzó un lápiz que se encontraba sobre la mesa. Él ríe-. ¿Comes conmigo hoy?

-¿Y Bianca?

-Puede comer sola-Se encoge de hombros y apoya sus hombros en el mostrador-. Hoy estás preciosa.

Me niego a mirarle debido a mis mejillas rojas.

Por el amor de Dios, ya le he visto completamente desnudo, ¿por qué me afecta aún que me diga ese tipo de cosas?

-Esta bien, comeremos juntos.

Él lame sus labios y luego me sonríe.

Me detengo a mirarlo. Aún encorvado es más alto que yo y hasta en este momento no me habia fijado en su altura. Estoy acostumbrada a los chicos altos, mi hermano es uno de ellos, y al vivir con él no me sorprendía los hombres de medro ochenta y muchos. Su precioso pelo castaño esta completamente despeinado, con unos rizos rebeldes cayendo sobre su frente y debido al contraste de su pelo sus ojos verdes brillan con un destello al mirarme. Su sonrisa enchina sus ojos y muestra sus hoyuelos.

Es tan guapo que siento que mi corazón va a explotar de amor.

Te amo.

Esas palabras se quedan a mitad de mi garganta y me las trago antes de cometer una tontería y decírselo.

-¿Te gusta lo que ves?-Me mira divertido, mordiéndose el labio inferior.

-Si-Asiento, sin ningún tipo de vergüenza. Sin duda alguna me encanta lo que mis ojos captan. Él, en cambio, parece no esperar mi confesión con tanta rapidez ya que sus ojos se abren un poco sorprendidos pero rápidamente se recupera al enderezarse. Su camisa blanca está desabrochada por la parte de arriba, dejando ver su pecho y la mitad de algunos tatuajes y sus pantalones vaqueros negros son tan ajustados que dejan ver perfectamente la forma de sus piernas.

Pedazo de cabrón, tiene mejor piernas que yo.

-No me mires así-me dice, rompiendo mi visión con su trasero para mirarle a la cara.

-¿Por qué?

-Porque me provoca a hacer cosas que no debería hacer, al menos, no aquí.

Sus palabras llenas de connotación sexual me hacen temblar las rodillas.

Yo también quiero hacer lo que estás pensando

Ahora mismo si Harry siquiera y me lo pidiera, cerraría la tienda, bajaría las persianas y lo que pasaría en la librería, se queda en la librería. No solo lo amo si no que le deseo tanto que no me importa perder mi trabajo por volver a sentirle.

-¿Quieres ir a casa?-la pregunta sale de mis labios sin poder detenerlas y él vuelve a lucir sorprendido. Pero rápidamente asiente.

Cinco minutos después ya he cerrado la tienda y nos encontramos subiendo las escaleras para llegar a mi apartamento. Cuando nos encontramos enfrente de mi puerta y torpemente la abro, Harry no tarda en empujarme hacia el interior de mi hogar y pegar su pecho contra mi espalda.

Comienza a besar mi cuello con bastante necesidad mientras que sus manos se encuentran en mi estómago para evitar que me separé.

Si supiera que yo nunca huiría de él...

Me gira con un rápido movimiento y sin perder tiempo, le desabrochó la camiseta.

Poco tiempo después nos encontramos completamente desnudos encima de mi sofá. Harry esta sentado, con la cabeza recostada sobre el reposacabezas y me observa con tanta intensidad que me pone nerviosa, más nerviosa de lo que suelo estar a su lado.

Una idea loca cruza mi cabeza y siendo honestos, me gusta y mucho.

Su mirada desciende cuando yo me voy bajando y veo como traga con fuerza, sabiendo lo que voy a hacer a continuación.

Me colocó de rodillas frente a él y sin esperar ninguna queja, cojo su duro miembro, lamiendo la punta.

El gruñe e instantáneamente me siendo sexy y poderosa. Ahora soy yo quien tiene a Harry en sus manos.

Lo vuelvo a hacer pero esta vez lamo toda su longitud hasta llegar al final donde subciono levemente. Le miró y veo que se encuentra con los ojos cerrados y las manos agarran con fuerza el colchón del sofá. Me lo meto en la boca y comienzo a mover mi cabeza de arriba abajo, con los segundos pasando mis movimientos son cada vez más rápidos y disfruto de los sonidos que salen de la boca de Harry hasta que se pronto el me coge de los hombres y me sube, quedando cara a cara.

-Siéntate.

Hago lo que me pide, sentándome a horcajadas encima de él e inesperadamente me penetra, haciéndome gritar por la sorpresa. Ríe, ocultando su cara en mi cuello.

Me agarra del trasero y comienza a moverlo rápidamente y para poder ayudarlo, apoyo mis manos en su pecho, para no perder el equilibrio e intentar seguir su ritmo.

Mi respiración es entrecortada y siento como sus manos suben por mi espalda hasta llegar a mi cabeza y agarrarme del cabello, tirado de él hacía atrás. Eso le da vía libre para atacar uno de mis pechos con su boca lo que me hace gemir.

Mis uñas se clavan en sus pectorales cuando siento que estoy cerca y Harry me ayuda llevando su mano a mi zona íntima, frotando mi punto débil.

Explotó, llevando mis manos a su cuello para poder besarlo y él, pocos segundos después me imita, cerrando los ojos con fuerza y ahogando un fuerte gruñido.

Cuando nuestras respiraciones vuelven a su ritmo normal, sonrió

-¿Qué quieres de comida?

En Italia {H.S}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora